sábado, 23 de noviembre de 2013

SABIOS PARA EL BIEN, E INGENUOS PARA EL MAL


La Epístola del Apóstol San Pablo a Los Romanos finaliza en el capítulo 16 con sendos saludos por parte de Pablo a cristianos sobresalientes por su trabajo en el Señor en las diferentes iglesias establecidas en el mundo antiguo, en esta porción de la Biblia estudiada durante mi devocional resalto lo descrito en los versículos 19 y 20 y que transcribo a continuación: “Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.” De los mencionados pasajes podemos extraer las siguientes conclusiones:

Nuestra personalidad como cristianos debe resaltar

Establece Dios en la primera parte del versículo 19 lo siguiente: “Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros…”; como siervos del Señor es nuestro deber hacer su santa voluntad y que nuestra fidelidad a él como nuestro soberano sea evidente, Cristo mismo manifestó acerca de hacer sobresalir nuestra condición en el mundo perdido como narra Lucas en el capítulo 8 versículo 6 de su evangelio así: “Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz., lo cual se encuentra corroborado nuevamente en el capítulo 11 versículo 33 de la siguiente manera: “Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz.

Sabiduría para el bien, ingenuidad para el mal

Continua Dios mostrándonos en la segunda parte del versículo 19 lo que espera de nosotros: “pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.”, a lo largo y ancho de nuestro discipulado hemos encontrado muchos versículos relacionados con este tema de los cuales destaco el siguiente contenido en el libro de Job capítulo 28 versículo 28: “Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia.”, si por alguna razón se presenta alguna carencia de ella encontramos en el libro de Santiago capítulo 1 versículo 5 un buen ejemplo de cómo obtenerla a través de la oración y el estudio de las Escrituras y la respuesta del Señor, así: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”  

Es importante manifestar que contrario a lo anterior debemos recordar que nuestros primeros Padres Adán y Eva en principio ignoraban por completo el mal, viviendo en el Huerto del Edén en una perfecta comunión con Dios, existiendo en un estado ideal donde tenían todas sus necesidades satisfechas, sin embargo por el deseo conocer la maldad sumieron a la humanidad en una ruptura con nuestro Creador que solamente pudo reconciliarse con la muerte de Cristo en la Cruz.

Traigamos a nuestra memoria tal vez la porción más triste de todo el antiguo testamento contenida en el libro de Génesis capítulo 3 versículos 4 al 6: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” Sabemos que el conocimiento del mal trajo nefastas consecuencias a los seres humanos quedando sujetos a la sabiduría de Satanás como lo describe claramente el libro de Santiago capítulo 3 versículos 14 y 15 así: “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

La destrucción de Satanás

Concluye el pasaje con la promesa del aniquilamiento del Diablo descrita de la siguiente forma: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies…”, el orquestador de la desobediencia del hombre, pieza clave para propagar el conocimiento del mal hasta nuestros días será destruido finalmente, las descripciones de su destino final las podemos encontrar en los siguientes pasajes, Hebreos 2:14: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,…”, Apocalipsis 20:10: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Jóvenes, durante muchos años fuimos hombres y mujeres conocedores del mal influenciados por Satanás, doctos en toda clase de conductas que el Señor aborrece y sancionadas con la muerte espiritual, como consecuencia directa de haber conocido a Cristo y ser salvos este conocimiento del mal debe transmutar en su ignorancia total llegando a eclipsarlo por completo con el conocimiento del bien contenido en la Palabra de Dios y su puesta en práctica, por favor no recaigamos en la curiosidad de Adán y Eva. Finalmente quiero concluir esta entrada del día de hoy con estos versículos contenidos en Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

2 comentarios:

Unknown dijo...

Agradecida por tan buena enseñanza y edificación al espíritu, es un orgullo tener jóvenes q estudien y enseñen, sobre la Biblia
Gracias

Anónimo dijo...

Hermosa reflexión. Dios los siga bendiciendo.