viernes, 6 de mayo de 2011

Ten cuidado con las advertencias….



Jeremías capitulo 40 nos cuenta la historia de Gedalías, un hombre puesto por el rey de babilonia como gobernante de Judá que ha sido sitiada por babilonia.

El vs 40 nos habla de los judíos que regresaron de todos los lugares adonde habían sido echados, y vinieron a tierra de Judá, a Gedalias en mizpa; y recogieron vino y abundantes frutos.

Johanán y los príncipes de batalla, vinieron a Gedalías para advertirlo acerca de Ismael hijo de netanías (un enviado del rey de los hijos de Amón) un hombre que se podía entrevistar “amigablemente” con gedalías, pero que tenía la intención de matarlo. Ahora cuando Johanán advierte a gedalias este no le cree, lo acusa de hablar falsedad, meses adelante recibe a Ismael y comen juntos.

Jeremias 41:1-3 nos describe como Ismael mata a Gedalias, a los judíos y soldados con los que el estaba, mas adelante mata a otros mas llenado una cisterna de muertos y llevándose cativos a los judíos que allí estaban.

Gedalías hizo caso omiso a la advertencia que recibió y esto le costo la muerte a el y otros mas.

Recuerdo cuando era jovencito algunas de las advertencias que mi padre me hacía y aun recuerdo de cuantos líos me salve por obedecer y buenos cuantos problemas por no hacer caso, gracias a Dios no me costaron la vida.

Una corta aplicación: tenemos a un Padre perfecto quien nos dio su manual lleno de advertencias, cuidados, amonestaciones y mandamientos para nuestra vida.

Me pregunto...

¿Qué relación tenemos con nuestro Padre?
¿Escuchamos sus consejos con buen oído y con toda nuestra mente?
¿Qué tanto caso hacemos a lo que Dios nos dice?

jueves, 5 de mayo de 2011

NO DESCUIDES TU DON

2 Timoteo 1:6
“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. “

En el saludo de esta segunda carta a Timoteo por parte de pablo el primer concejo que recibe Timoteo, es avivar el fuego del don de Dios que le fue dado.

Y con esto se refiere a no dejarlo menguar en lo más mínimo con el peligro de que un balde de agua fría pueda llegar a apagarlo completamente.

Con esta pequeña porción Dios nos quiere invitar hoy a evaluar cómo estamos usando nuestro don, que tanto me estoy entrenando en el para hacerlo cada día mejor, que tanto lo estoy poniendo al servicio de la obra de Dios.

Tal vez si tu don es en la alabanza, ¿te esfuerzas por mejorar cada día con tu voz, en la guitarra, batería, bajo, etc.? O si tu don es el de servir ¿cada vez te interesas más por hacerlo mejor como si fuera para el mismo Señor Jesucristo? Si es en la enseñanza ¿te preparas bien para hacerlo? Hay muchas otras áreas para que medites, estas son solo ejemplos.

Dios nos pide meditar en esto porque a veces pensamos que ya lo hacemos bien y dejamos a un lado el hacerlo mejor. Entendamos que ese don es un regalo y un regalo que debemos usar cada día mejor para darle la gloria a Dios.

Un lindo dia. :)

miércoles, 4 de mayo de 2011

Y A TI, ¿TE HAN OFENDIDO?




5Pero si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí solo, sino en cierto modo (por no exagerar) a todos vosotros. 6Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos; 7así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. 8Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él. 9Porque también para este fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo. 10Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. – 2 Corintios 2:5-11.

Este pasaje en 2 Corintios esta repleto de aplicaciones prácticas para nuestra vida. Te animamos a que te hagas las siguientes preguntas…

¿Te has sentido ofendido en algún momento de tu vida? ¿Quién fue esa persona que te ofendió? ¿Cómo es tu relación actual con aquel que te hizo algún tipo de daño? ¿Guardas resentimiento en tu corazón contra esa persona? ¿Lo perdonaste por completo al punto de tener que esforzarte para recordar lo que aquel/aquella te hizo?

El apóstol Pablo hablando del hermano ofensor, nos dice que debemos perdonarle y consolarle para que aquel que nos ofendió no sea consumido de demasiada tristeza. Pero, ¿Cómo así?

¿El triste no debería ser yo? Bueno acá vemos uno de esos mandamientos que prueban nuestra obediencia en todo el sentido de la palabra. Busca a aquel que te ofendió y hazle saber que en tu corazón, en tu mente, en tu alma y en TODO tu ser ya le has perdonado. Además consuélale a fin de que aquel que te ofendió no sea consumido de demasiada tristeza.

Pablo el apóstol, también nos anima a confirmar nuestro amor para con él. Idéate alguna manera eficaz y contundente de mostrar todo tu amor hacia aquel que te ha ofendido. Esto en la carne honestamente cuesta, pero en el espíritu es un refrigerio para nuestra alma.

Por último y en medio de otras cuantas aplicaciones que te animamos a estudiar, no permitas bajo ninguna circunstancia (sea la ofensa que sea) que Satanás gane ventaja alguna sobre tu vida.

El no perdonar las ofensas a tus hermanos, te perjudica en primer lugar a ti más que a cualquier otra persona. No olvides nunca el amor Dios por ti. Recuerda cuanto te amó, al punto de expiar cada uno de tus pecados en el cuerpo de Su AMADO HIJO, JESÚS.

Nos vemos mañana,

lunes, 2 de mayo de 2011

LOS DONES ESPIRITUALES


El sábado Dios me permitió enseñar a los Jóvenes de “A salvo”, (Romanos 12:4-8), como parte de una serie de enseñanzas, basadas en Romanos 12 y 13. Y estuvimos hablando con los jóvenes sobre dones, e incluso hicimos un ejercicio, que nos puede servir como señal, para descubrir ese don, que Dios te da para ofrecerlo a Él y a tus hermanos.
(Romanos 12:6-8) “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”.
Primero que todo, te cuento que un don es una aptitud impartida por el espíritu santo que te capacita para desempeñar el servicio particular que Dios te pide”. En otras palabras es “La herramienta que Dios nos da para hacer el trabajo que él nos asigna”. Ahora, debemos tener muy claro que un don, es diferente a un talento. Un talento es una habilidad especial que yo puedo tener para algo, pero que necesariamente no es mi don. Sin embargo también es bueno poner al servicio de Dios nuestros talentos.
Ahora, en esta porción Pablo cita 7 de los más de 20 dones que se mencionan en diferentes pasajes de la Biblia, y quiero compartir en esta entrada sobre los primeros 3 y en 8 días sobre los 4 restantes:
1. Profecía.
Tiene que ver con la proclamación pública de la palabra de Dios. Es el también llamado don de la predicación.
(I Corintios 14:3) “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación”
Un hombre que tiene el don de la profecía, en cada predicación de la Biblia, cumple cabalmente esas tres condiciones, edifica, exhorta y consuela a los oyentes.
2. Servicio.
Este don tiene que ver con entregarse a otros para cuidarles, amarles, apoyarles y trabajar para ellos.
(Filipenses 2: 2:3-4) “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”
Una persona con el don del servicio, no hace nada para que se lo reconozcan, hace todo con humildad, considera a los demás como superiores a el mismo, y su máxima preocupación no es el bienestar propio, si no es de los demás. Si tú tienes estas características, tal vez tu don sea el del servicio.
3. Enseñanza.
Y este don de la enseñanza, tiene que ver con esa capacidad de comprender, ordenar y presentar las verdades bíblicas, de modo tal que se establezca una buena doctrina en los que reciben la enseñanza. En otras palabras es ser un buen maestro y ojo, porque no debe confundirse con el don de la profecía.
Saben que en la Biblia afortunadamente tenemos el ejemplo del mejor maestro que jamás haya pisado la tierra, Jesucristo. Refiriéndose a Jesucristo, (Marcos 1:22) dice que la gente, “Se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”
Y en este versículo hay dos cualidades fundamentales que debe tener un buen maestro. Primero tener autoridad y esta autoridad se la da una vida irreprensible, un buen testimonio ante el mundo, y segundo, debe ser un cuidador de la doctrina. Debemos transmitir la sana doctrina de Dios, de manera que nuestros discípulos se admiren de ella.

Para terminar hoy te pregunto. ¿Te sintes identificado con alguno de estos dones?

Un abrazo....