Números 14:6-9
“14:6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de
Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus
vestidos,
14:7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.
14:8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
14:9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.”
14:7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.
14:8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
14:9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.”
En medio de un momento duro, de falta de fe,
de rebeldía por una aparente mala circunstancia en la vida de los israelitas, Josué
y Caleb hoy quieren enseñarnos que “ con nosotros esta Jehová.”
Ellos sabían que no iba a ser fácil, humanamente
no se veía fácil. Si sabían que la
recompensa era muy buena, hablaban de una tierra en gran manera buena, tierra
que fluye leche y miel. Lo único que el pueblo necesitaba, era agradar y
obedecer a Jehová.
Confiar en su poder y protección y no temer
al pueblo de aquella tierra ya que los iban a comer como pan.
Muchas veces en nuestra vida tenemos claras
las promesas de Dios, pero en nuestra mente y fuerzas es difícil llegar a
alcanzarlas. Es verdad, en nuestra mente y fuerzas es difícil hacerlo.
Lo único que nos pide Dios hoy es que
entendamos que él es muchísimo más grande que cualquier cosa que se pueda
interponer entre nosotros y sus promesas. Si es un trabajo, un familiar, un
amigo, un hombre o una mujer, una limitación física, etc lo que está impidiendo
que trabajes por alcanzarlas, entrégaselos a Dios y permite que él se encargue
de que sea tan sencillo como comer pan.
Las promesas de Dios son para sus hijos y con
todas las ganas de darlas siempre y cuando las reclamemos de la forma correcta.
Lindo dia
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