viernes, 1 de marzo de 2019

La INSENSATEZ de CONFIAR en las RIQUEZAS



Dios nos sigue hablando como si SU PALABRA hubiera sido escrita precisamente para estos tiempos, año 2019. Veamos:

10 Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, Y dejan a otros sus riquezas. 11 Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus nombres a sus tierras. 12 Mas el hombre no permanecerá en honra; Es semejante a las bestias que perecen. 13 Este su camino es locura; Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah 14 Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada. 15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, Porque él me tomará consigo. Selah  16 No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa; 17 Porque cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria. 18 Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma, Y sea loado cuando prospere, 19 Entrará en la generación de sus padres, Y nunca más verá la luz. 20 El hombre que está en honra y no entiende, Semejante es a las bestias que perecen - Salmo 49:10-20

Dios nos recuerda que de ninguna manera debemos sentir envidia por los que están repletos de plata, los que tienen todas las comodidades, pero no tienen a Cristo, ¡Pobrecitos!, debemos sentir mas bien lástima por ellos, la Biblia muestra muy claramente cuál es su destino final por la eternidad, pobrecitos.

Como creyentes auténticos jamás debemos sentir envidia por aquellas personas que atesoran riquezas y títulos, y medallas y honores. Nunca debemos preocuparnos por los reconocimientos y honores del mundo, realmente ante los ojos de Dios, no son nada. Más bien debemos sentir lástima y orar por la salvación    de aquellas personas (A, B, C y muchos otros – Haz tu propia lista) que han puesto su mira en las riquezas sin entender que cuando mueran no se llevarán nada y que solamente habrá condenación y crujir de dientes. Al infierno podrán llevarse su vana gloria.

Es nuestro deber acercarnos amorosamente, con un muy buen testimonio a todas estas personas y amarlos, orando por ellos,  para que algún día Dios les abra el entendimiento y escapen del lazo del diablo en que están cautivos a voluntad de él. 

Estas personas aparentan llevar una vida “dichosa” y son “felices” en medio de su vanagloria, pero lamentablemente irán a parar en el mismo lugar de su padres que no los supieron encaminar y nunca más verán la luz, todo será terror y tinieblas y dolor. Lastimosamente esas personas envanecidas que no quieren entender, son comparadas por Dios con las bestias que perecen. ¡TREMENDO!

Algunas tantas RECOMENDACIONES que Dios nos recuerda:
  • No sentir envidia  por los que se enriquecen o se envanecen en sus conocimientos
  • Más bien sentir lástima y orar por ellos para que no vayan a un infierno eterno
  • Entender que al morir, nada nos llevaremos
  • Confiar en la gracia y las promesas de Dios.
  • No poner la mira en las cosas de la tierra, sino en las cosas celestiales.
  • No debemos vivir de las apariencias ni dejarnos influenciar de este tipo de personas
  • Hay que orar por estas personas para que Dios les abra el entendimiento y no sean condenados eternamente, pobrecitos.


La INSENSATEZ de confiar en las RIQUEZAS

1. El mundo engañoso de los RICOS e impíos (Vs 10-14)
2. El mundo REAL de los humildes y creyentes (Vs 15)
3. El mundo engañoso tendrá un fin lamentable, aléjate de él (Vs 16-20)

Dios nos recuerda nuevamente como lo hace en los salmos 37 y 73, cuál es el destino de los ricos malos, y nos dice que no debemos preocuparnos por el enriquecimiento de los demás. Estas son palabras de un Dios JUSTO, que dará a cada uno conforme a lo que haya sembrado. Un Dios que ve perfectamente quiénes son los que le hemos escuchado y obedecido y también, quiénes son los que le han ignorado, y conforme a ello, dará su recompensa eterna.    

De verdad que impacta entender MAS CLARAMENTE el destino de la mayoría de la gente que anda apegada a la carne, a los ojos y a la vanagloria de la vida, y ver la contundencia con que Dios habla de su destino final, y de esta manera tener claro que NO DEBO ENVIDIARLOS para nada.

Ojalá lo apliquemos TODOS, aprendiendo más y más a VIVIR HUMILDEMENTE, contentos con lo que Dios nos da, y estando felices con la familia que nos ha regalado, agradecidos por el techo, el abrigo y la provisión de cada día.

Fabio