1. En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
2. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
3. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
4. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
5. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
6. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;
7. y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
8. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Isaías 6:1-8
Buenas noches, en el libro de Isaías nos encontramos con el llamamiento que Dios hace y la respuesta que este hombre da a ese llamamiento.
- Es impactante como Isaías reconoce que es pecador y que antes de recibir la tarea de predicar el evangelio y la palabra de Dios, él debe ser limpiado por Dios. vs 6
El quita la culpa que nos puede acompañar por nuestro pecado y limpia nuestro pecado para que podamos continuar adelante. Esto sucedió debido al arrepentimiento y al no esconder su condición. Acudamos ya mismo a Dios para que el Señor nos quite cualquier culpa que nos cargue y limpie nuestro pecado.
I Juan 1:9 "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad"
- Isaías escuchó la voz de Dios. vs 8
Esto solo lo pudo hacer al buscarlo, en nuestro caso naturalmente vamos a escucharlo cuando pasemos tiempo en su palabra y su Espíritu nos enseñe y nos guíe a entender ese mensaje para cada uno de nosotros, en este caso, un llamamiento directo del Dios eterno a nosotros hombres mortales que Dios quiere usar.
- Dios hace una pregunta, en busca de una iniciativa nuestra. vs 8
Dios hizo dos preguntas: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Luego de estas preguntas Isaías se apropia de este llamado que Dios hace, el tiene el deseo grande de servir en esa misión que Dios deja y todo por la gracia de Dios. Él no obliga, es nuestro deseo, por su amor y gracia que podemos hacer parte de la obra misionera y de servirle dentro de la estructura dela Iglesia local, !Es un privilegio!
- Somos embajadores de Dios en la tierra. vs 8
Dios pregunta: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?. Es impresionante ver como Dios espera que alguien humano, vaya en representación de la familia de Dios a llevar la luz de Cristo, con la palabra de Dios por delante y así poder ser usados por Dios para la salvación de almas. Esto es pura gracia.
2 Corintios 5:20 "Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios"
- Isaías se presenta y manifiesta su deseo de ir.
Hace poco un amigo me compartió que le oró específicamente a Dios para que le permitiera ir de misiones a una ciudad, y Dios por su gracia se lo concedió. Este hombre de verdad tenía el deseo de ir, se presentó y le pidió que lo enviara, lo mismo sucedió con Isaías. A pesar de que no podemos llegar a imaginar la magnitud de la misión este hombre se presentó y fue usado por Dios grandemente por su disposición.
¿Ya le pedí perdón a Dios por algún pecado que me carga con culpabilidad?
¿Estoy creyendo el perdón de Dios debido a un arrepentimiento genuino?
¿Estoy siendo un buen embajador y discípulo de Cristo en la tierra?
Estas son algunas preguntas que podemos hacernos.
Me da temor nos estar sirviendo al Señor con el interés adecuado, el estar haciendo las cosas por cumplirlas y no por glorificar únicamente su nombre. Debemos cuidarnos de que servir a Dios no se vuelva algo que me agrada o me gusta y por eso lo hago, sirvo a Dios por que solo el puede salvar, guiar y restaurar un alma y por que nuestro deseo es que su nombre y no el nuestro sea nombrado y exaltado en cada hogar al que nos permita llegar.
Oremos por nosotros, para que seamos verdaderos embajadores del Rey de reyes.
Un abrazo.
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