sábado, 16 de junio de 2018

ESPERANZA EN DIOS



Llegamos a la mitad del libro de Oseas, en el comienzo del capítulo sexto Dios nos muestra el arrepentimiento de Israel y su anhelo legítimo de restauración. Miremos el siguiente pasaje.

Oseas 6:1-3
“Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”

Vemos como Israel pone su esperanza en Dios y espera que actúe en ellos. El deseo del pueblo de Dios es volver a él. Dios ya ha actuado y leemos como los arrebató he hirió por su pecado.

Oseas 14:1-2
Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído. Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.”

Nos muestra la regla de una búsqueda sincera del Señor.

La expectativa de Israel en Dios

·         Esperan ser curados de sus heridas.
·         Esperan ser vendados.
·         Esperan nueva vida.
·         Esperan resurrección después de la muerte.
·         Esperan estar con él en la eternidad.
·         Esperan conocerle realmente.

Dios comparado con la naturaleza

·         Es como el alba.
·         Es como la lluvia.

Jóvenes, en nuestro Padre tenemos la esperanza de una vida mejor, pidamos que nos cure, nos vende, deseemos la verdadera vida, experimentemos hoy el gozo de la futura resurrección y la eternidad junto a él, y conozcámosle a través de la Biblia. En medio de la oscuridad que alumbre como el alba destrizando la noche y en tiempos de sequía que nos refresque con su agua.

Saludos.

. M .

viernes, 15 de junio de 2018

COMO DEBEMOS PERDONAR



Dios nos da instrucciones muy clara acerca de la forma cómo debemos tratar los problemas entre hermanos: Primero uno a uno, cara a cara, luego con testigos, luego ante la Iglesia. Cualquier cosa que hagamos en la tierra, tiene repercusiones eternas.

15Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.18De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. 19Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. 21Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. - Mateo 18:15-22 

Jovencitos nunca perdamos en enfoque en las cosas eternas, nunca olvidemos por qué y para que nos salvó nuestro Amado Señor. Él no nos puso para generar más y más problemas a nuestro alrededor, Él nos ha puesto para traer paz, para predicar el Evangelio, para hacer la tarea de trabajar por las almas de los hombres. Sin embargo, el enemigo lo sabe y siempre tratará a través de infiltrados de quitarnos la paz, de desenfocarnos a través de problemas entre miembros de la misma Iglesia. Por eso, Dios nos da instrucciones clara de cómo tratar cada caso, pero sin perder de vista la labor más importante: PREDICAR EL EVANGELIO a toda criatura.

Si cumplimos fielmente la tarea de predicar el Evangelio a toda criatura, habrá salvación y gozo en el cielo, más si callamos o damos mal testimonio, generando más y más problemas, también habrá personas privadas de ese gozo eterno. Cuando tenemos PAZ y estamos plenamente de acuerdo en lo que pedimos a Dios y lo hacemos de acuerdo a su Voluntad, estas cosas serán respondidas desde el cielo por nuestro amado Padre.

Siempre que nos reunamos en el nombre de Cristo, Él está en medio de nosotros dispuesto a ser el mediador entre nosotros y nuestro Padre. No deben quedar dudas en cuanto al perdón auténtico, debe ser un perdón de corazón como el de Dios, dispuestos aún a entregar nuestras vidas por los que nos han ofendido, sea las veces que sea, pensando solamente en la reconciliación a fin de que trabajemos en equipo por lo que vale la pena: LAS ALMAS de los hombre y no los intereses personales y egoístas de algunos.

Algunas RECOMENDACIONES claves basadas en este pasaje tan profundo:
  • Cuando haya problemas entre hermanos arreglarlas cara a cara
  • Si no es posible así, recurrir a uno o dos testigos, pero con la firme intención de aclarar
  • En últimas recurrir a la Iglesia y esperar si hay arrepentimiento. Dar oportunidad siempre.
  • Cualquier cosa buena o mala que hagamos en la tierra, tiene repercusión en el cielo
  • Debemos ponernos de acuerdo en las cosas que pedimos al Padre, para que Él las responda
  • Siempre que nos congreguemos, tengamos la plena certeza que el Señor está con nosotros.
  • Estar dispuestos a perdonar cuantas veces sea necesario. El perdón no tiene limitaciones. Es un perdón como el de Dios, que nos perdonó hasta las faltas más graves echándolas al fondo del mar, echándolas al olvido.


Lo que pasa en la tierra tiene repercusión en el Cielo

1. La forma sabia de arreglar las cosas: Uno a uno, con testigos y ante la Iglesia (Vs 15-17)
2. La forma sabia como Dios nos invita a la reconciliación (Vs 18-19)
3. La forma sabia en que Dios quiere que le pidamos, unidos y dispuestos a perdonar siempre (Vs 20-22)

Dios nos recuerda la importancia de ARREGLAR las cosas entre hermanos, dispuestos a compartir YA MISMO el Evangelio lo cual tiene repercusiones eternas, y la importancia de PERDONAR, aclarando perfectamente las cosas, sin dejar nada de rencillas en el corazón, sin darle cabida al enemigo en nuestra iglesia. Es una enseñanza que viene de un Dios que ESCUCHA el clamor de la gente, sobre todo cuando dos a más nos ponemos de acuerdo en lo que pedimos y lo hacemos con un corazón limpio de rencores y de toda clase de pecado.

Realmente me pone a reflexionar ve la importancia tan transcendental que tiene en la eternidad cada decisión y cada actitud nuestra acá en la tierra. Nada es insignificante en cuanto a las cosas espirituales. El perdón y la sinceridad es fundamental en la vida del creyente. Un espíritu no perdonador e hipócrita, es tremendamente peligroso por sus repercusiones eternas.

Es importante aplicar ya esta enseñanza, arreglando inmediatamente cualquier brote de pecado, dando los pasos bíblicos y hablando con absoluta CLARIDAD en cada una de mis pláticas y en cada una de las oportunidades que Dios me dé para compartir Su Palabra, sin cesar de Orar conjuntamente con mis hermanos, y estando dispuesto a PERDONAR cualquier cosa que me hayan hecho, pero con un perdón genuino, pensando únicamente en lo que vale la pena: LAS ALMAS de los hombres.

Por favor, no perdamos nuestro ENFOQUE…

Fabio