sábado, 7 de diciembre de 2013

NUESTRO HOGAR CELESTIAL


Esta semana me permití escribir sobre el pasaje de la Biblia contenido en II de Corintios 5:1-2, que establece lo siguiente: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;”

La morada terrestre

En la primera parte del versículo 1 Dios hace una perfecta comparación de nuestra habitación terrestre con una tienda portátil y provisional  que puede ser destruida fácilmente, miremos la descripción de la destrucción que nuestro planeta sufrirá y se encuentra descrita en II de Pedro 3:10: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.”, verdad que en el antiguo testamento se encontraba narrada claramente como lo relata Isaías 51:6: “Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.”

La casa eterna

Sin embargo el Señor creará un nuevo cielo donde tendremos nuestra morada eterna, como lo determina Apocalipsis 20:11:Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.”, veamos dicha verdad confirmada en los siguientes versículos así:

Isaías 65:17: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.

Isaías 66:22:Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.”

II de Pedro 3:13: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”

El deseo de habitar nuestra habitación en los cielos

Finalmente el versículo 2 nos enseña sobre las ganas de ocupar el lugar que Jesús nos tiene  dispuesto como lo enseña Juan 14:2: En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
  

Jóvenes, la gente del mundo desea cosas terrenales, como cristianos debemos anhelar y buscar las cosas celestiales y en especial enfocarnos en la salvación de más y más almas que tengan el privilegio de ocupar una habitación celestial destinada para la vida eterna en comunión con Dios, no olvidemos que esta época del año es importante para hablar del verdadero nacimiento de nuestro salvador y es en el pesebre de los corazones que no le conocen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por esa BONITA exhortación, muy Bíblica, Dios la usará en mi vida... Que bonito escuchar la voz de Dios en boca de hombres jóvenes y sobretodo fieles.

Anónimo dijo...

Adelante... No desfallezcan, los necesitamos