sábado, 14 de enero de 2012

¿CÓMO ES NUESTRA ACTITUD ANTE LA PALABRA DE DIOS?

Está pregunta me la hice al ver en la palabra de Dios la historia de uno de los reyes más jóvenes (8 años) que tuvo Judá años antes del cautiverio de Babilonia, específicamente el último rey que hizo lo recto ante los ojos de Dios y no se aparto del camino de David su padre; estamos hablando del rey Josías.

En Segunda de Reyes en el capítulo 22 el sumo sacerdote Hilcías halló el libro de la ley que estaba escondido (así era la maldad tan grande que se olvidaron de la ley de Dios) y lo envió al rey por medio de Safán su siervo y leyó las palabras del libro delante del rey (ver sículo 10) y en el versículo 11 Josías al oír las palabras del libro, rasgó sus vestidos al ver y entender tanto mal que habían hecho sus padres y el pueblo. Está actitud delante de Dios fue muy bien recibida, tanto así que todo el mal descrito en la ley de Moisés, dice la Biblia que sus ojos no verían el mal que se le venía a su pueblo. Te animo a leer el capítulo 23 ya que es la obediencia total que tuvo Josías ante la palabra de Dios.
¿Qué pasa en nuestra vida cuando Dios abre su palabra y nos habla? Te puede asegurar que muchas veces no es la indicada porque si fuera así nuestra vida y nuestro fruto delante de Dios sería totalmente diferente. Es triste ver que un hijo de Dios no le presta atención a las palabras de su Padre Celestial y cuando nos muestra el pecado antes nos enfurecemos y dejamos de leer la Biblia.
Dios quiere en nosotros la actitud que tuvo Josías que se humilló delante de Dios y su corazón se enterneció al oír las palabras del Libro y actuar al instante, Josías no dio espera, de una vez reunió a todo el pueblo y leyó el Libro ante todo el pueblo (23: 2, 3) e hizo pacto junto con el pueblo que irían en pos de Dios y guardarían sus mandamientos; aún mucho más allá acabo con todo la idolatría que había, porque entendió que Dios era el único y verdadero Dios.
Si Dios es lo más importante en nuestra vida amémosle con un corazón sincero, con un corazón que ame su Palabra, se enternezca ante ella y se humille ante ella y lo más importante un corazón obediente (al instante, sin dar espera) para hacer la voluntad de Dios que es agradable y perfecta. Es un tesoro invaluable que tenemos en nuestros manos, es el mismo Dios dirigiendo nuestros pasos, nuestra vida, limpiándola de tanto pecado, tanta suciedad.

No desperdiciemos ese momento de intimidad que tenemos con Dios, que sus palabras se las lleve el aire, es sin duda alguna lo más precioso que tenemos como hijos de Dios, después de la salvación que nos dio por medio del sacrificio de Jesús en la cruz.
Buen fin de semana y a seguir el muy buen ejemplo del rey Josías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias a Dios por su palabra, gracias por el blog.