domingo, 13 de noviembre de 2011

NO OIR = A CAER


ISAÍAS 30:9-13 "Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel".

"Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente".

En el capítulo 30 de Isaías, el profeta habla de las consecuencias de poner la confianza en el mundo y en su sistema (Egipto) y no en el Dios vivo y verdadero, pero además también dice que el pueblo es rebelde y mentiroso al no querer escuchar la palabra de Dios por medio de los profetas y personas que Dios puso para exhortar al pueblo, para dirigirlo, para guiarlo, para cuidarlo. Esto me hace pensar en nuestros pastores y líderes que han sido puestos por Dios para cuidar de su Iglesia y solo a través de la predicación viva de la palabra de Dios, el pueblo va a hacer los cambios necesarios y volver a la senda correcta. Es algo que necesitamos semanalmente, diariamente y empieza con nuestra cita diaria con Dios.

Lamentablemente cuando nos dicen que estamos haciendo las cosas mal, aunque aparentemente sean correctas es algo que no nos gusta, pero nuestra actitud debe ser la de dejar el orgullo a un lado, meditar y permitir que sea la palabra de Dios y la sana doctrina, la que nos dé el veredicto final sobre cualquier asunto en nuestras vidas.

Pastores, líderes, hermanos, compañeros de milicia, gracias a Dios por sus vidas y ejemplo, hoy el pueblo clama a los conocedores de la palabra: Por favor necesitamos de su liderazgo, que nos enseñen la verdad aunque duela y “mucho”, profeticen lo recto, no nos cansemos de hacer el bien para que con su ejemplo y enseñanzas nos ayuden a evitar las caídas repentinas en nuestras vidas con la sabiduría que proviene del cielo.

El pueblo fue el que no quiso escuchar, depende de cada uno de nosotros escuchar la voz de Dios cuando use a sus predicadores.

“Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal”. Eclesiastés 8:11

Abrazos, les deseo una semana llena del gozo del Señor.

1 comentario:

Diego Julian Pena Ibanez dijo...

Muchas gracias por la reflexion, todos nuestros sentidos atentos a la palabra de Dios, de esta forma veremos prosperar nuestras vidas.