domingo, 28 de agosto de 2011

SALMO 62 DIOS, EL ÚNICO REFUGIO



"Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio.

En mi devocional diario Dios me regaló este Salmo y me inquietó la manera en que él quiere que dependamos exclusivamente de él en "todo" y que no confiemos en lo que confía el mundo.

Dios quiere que esperemos en él, y que difícil que es para nosotros aplicar la palabra "ESPERAR" en nuestro andar cristiano. Dios quiere que tengamos la certeza de que si esperamos en él y obedecemos su palabra, él se encargará de cualquier dificultad que estemos pasando y nos reta a que nuestra fe la depositemos cada vez más en su poder; además quiere que sea en todo tiempo, a cada instante que nunca desfallezcamos y que vivamos en la fe del Hijo de Dios todos los días y en todo tiempo. Jesús le dijo a Marta la hermana de Lázaro: ¿no te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? un reto a esperar en él y depositar nuestra fe en su poder sin titubear. Juan 11:40.

Luego nos dice que derramemos delante de él nuestro corazón, no delante de los hombres, no delante de un jefe, de un compañero de trabajo, no de un amigo o amiga especial, él quiere que nuestro corazón sea para él y que le abramos por completo ese corazón para que escuche de nuestros labios lo que él ya sabe, que nada se nos quede por contarle, por suplicarle, al fin y al cabo él es el único que conoce nuestro corazón.

Esta semana hablé con un amigo que perdió su esposa, un buen trabajo, su poca familia ahora lo rechaza a él y a sus hijos, él ya se dio cuenta que lo único que le queda en la vida es esperar en Dios, derramarse delante de él y luchar por un cambio. Este amigo me puso a reflexionar lo solos que podemos estar a cualquier momento de nuestras vidas, solo en Dios podemos refugiarnos, solo en su Amor.

Al final en el versículo 10 el salmista nos dice lo siguiente: No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas. No confiemos en el mundo y en las personas del mundo ni en lo que nos dejen que podamos aprovechar como rapiña, confiemos en Dios el dueño de nuestras almas.

Abrazos, buen día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esperar :) Vale la Pena