sábado, 27 de agosto de 2011

LA CLAVE DEL ÉXITO

JOSUÉ 1: 8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en el, para que guarde y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

En mi devocional pase por este pasaje, y ahora pienso que no lo entendía muy bien.

Dios habla directo al corazón y solo pide de nosotros una cosa, que nunca nos aparte de su Palabra, que sea ella nuestra meditación de día y de noche, que la guardemos y la pongamos por obra. Está según Dios es la clave del éxito y así lo entendió por darte unos ejemplos Moisés que hasta el día de su muerte sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor, el rey David que tenía un corazón conforme al de Dios y el ejemplo más grande de nuestro Señor Jesucristo que venció la muerte y el pecado y está sentado a la diestra del Padre. Seguro hay muchos más y te ánimo a que pienses en estos ejemplos y busques en la Biblia más de ellos, más de estos héroes de la fe, que decidieron creerle a Dios y a su palabra y tuvieron éxito en su vida.

Muchos piensan que la clave del éxito está en hacer mucha plata, en estudiar todo lo que se pueda y conseguir maestrías, doctorados, PHD, todos los honores y la verdad es que todas esas cosas se van a quemar, todo eso será como perdida.

Ojo que aquí no dice, que si hacemos esto se acabarán los problemas, que nos llenaremos de plata, si lees todo el capitulo te vas a encontrar con dos palabras: Esfuérzate y se Valiente. La vida no es fácil y Dios dice que habrá dificultades.

Dios nos promete una vida abundante y esto es lo que nos quiere decir Josué 1: 8, es decir, si queremos vivir esa vida abundante que Dios nos promete, donde todas las cosas nos ayuden a bien y tengamos esa paz que sobrepasa todo entendimiento, no nos apartemos de Él nunca, que su palabra sea nuestra delicia, nuestra meditación, que su palabra este en nuestro corazón y la obedezcamos porque Dios quiere lo mejor para nosotros sus hijos y para todo aquel que decide que Jesús entre y sea el Rey de su vida.

Esa vida abundante no es más sino que vivamos en la fe del Hijo de Dios, no son los bienes materiales de este mundo, ese no es el éxito en la vida.

Esforcémonos y seamos valientes en no apartarnos nunca de Dios y su palabra y en hacer conforme a todo lo que está escrito. Ahí está la clave.

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