Uno de los grandes problemas que enfrentamos hoy en día a nivel social, es la falta de honestidad por parte de las personas. Adonde quiera que vayas, muy probablemente vas a encontrar personas que de alguna manera quieren hurtar aquellas cosas que por obvias razones no les pertenecen (pues las están hurtando).
En el restaurante, en el trabajo, en las mismas casas, en la calle, en los buses, y aún en la misma iglesia; sufrimos con este problema. Gente, aún creyentes; tomando de alguna manera muy sutil y perspicaz aquellas cosas que no les corresponden.
La Biblia nos enseña que es probable que antes de conocer al Señor como nuestro Salvador, algunos de nosotros hurtáramos en algunos momentos de nuestra vida (recuerdo cuando sacaba monedas y aún billetes de los bolsillos y carteras de mis papás sin que ellos lo notaran). Pero también la Palabra de Dios es muy clara en cuanto a este asunto…
Si antes éramos de aquellos que hurtábamos, que ahora tomemos la decisión de no hacerlo.
EL QUE HURTABA… NO HURTE MÁS…
…sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
Si quieres obtener las cosas necesarias para tu vida, y aún un poco más de lo necesario; que trabajes con tus propias manos al punto de que tengas para compartir con aquel que padece necesidad.
Nos vemos mañana,
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