sábado, 1 de agosto de 2009

EL MEJOR GUARDA.

Buenos días jóvenes, ya casi tardes, pero bueno acá estamos, en el día de hoy en mi devocional Dios me compartía algo muy práctico para mi vida y sé que para la muchos o todos de ustedes también.

Estoy leyendo Zacarías y en el capítulo 9 Dios me mostro algo, que ya muchas veces me habían hablado en la iglesia, y está en el siguiente versículo.


Zacarías 9:1 La profecía de la palabra de Jehová está contra la tierra de Hadrac y sobre Damasco; porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel.

Como les venía diciendo aquello que Dios me mostro, es la siguiente parte del versículo 9:1 de Zacarías; “porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel”.

Algo muy parecido a Colosenses 3:2 “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Muchas veces no podemos poder la mira o mirar las cosas de Dios, porque las cosas de la tierra tienen nuestra atención, como lo son los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida y los deseos de la carne, pero si tu completa atención la tuviera Dios sería diferente, estaríamos enfocados en la palabra de Dios y las almas de los hombres.

Aparte de esto que me mostraba Dios me mostraba otra cosa y lo que ganamos cuando Miramos a Dios y está en el siguiente versículo

Zacarías 9:8 “Entonces acamparé alrededor de mi casa como un guarda", para que ninguno vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora miraré con mis ojos.

Lo que Dios me mostraba es que si nuestros ojos están mirándolo, el será como nuestro guarda, y que mejor guarda que Dios, el Señor de Señores, el poderoso gigante en fin muchas otras cualidades que tiene Dios.

Bueno Jóvenes los animo a eso, así como Dios me animo a mi esta mañana por medio de su palabra, “porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres y veras como Dios acampa alrededor tuyo como tu guarda.

1 comentario:

MAC dijo...

Que mejor que tener al mayor vigía de todos, gracias por esta columna, voy a tener mis ojos dispuestos a Dios.

MAC