miércoles, 22 de julio de 2009

CORTESÍA

Una de las primeras cosas que aprendí de niño fue a dar la mano. Mi papá insistía y me instruía cada vez que nos encontrábamos con algún familiar o amigo suyo a extender mi brazo derecho, buscar el apretón amistoso y decir algunas palabras gentiles.

En los últimos meses con el surgimiento del popular virus AH1n1, las autoridades médicas han recomendado evitar ese contacto físico, lavarse las manos por lo menos diez veces al día y en lo posible saludar guardando cierta distancia. No sé que piensas pero mi percepción es que en nuestro mundo se viene propagando con mucha fuerza un virus peor que el virus de la influenza porcina y es el de la frialdad en las relaciones interpersonales.

Me ha ocurrido que me quedo con un saludo en la boca cuando caminando por la calle o en el lugar donde vivo me dirijo a algún conocido. Si te fijas bien la gente que nos rodea ha desarrollado un gesto frío, distante, a veces pareciera que saludar es ridículo o confianzudo, cuando lo mínimo que todos los habitantes de este planeta nos deberíamos regalar a diario es una seña amistosa.

La Biblia dice “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres.” Y continúa “El Señor está cerca”. Dios nos manda a ser queridos, buena papa, amables, saludables como el alka seltzer, si creemos y anhelamos anunciar que ÉL está cerca, que viene pronto. Saber que somos Cristo y que ÉL ya no demora, debería impulsarnos a darnos a los demás empezando por una sonrisa, una palabra cortés, un apretón de manos o un abrazo cálido.

En la iglesia no debemos saludar sólo a “los de siempre”, a veces saludamos al líder pero blanqueamos a los que están con él en ese momento y eso no está bien. Porqué no más bien nos animamos a aprendernos nuevos nombres, a tocar otras vidas, a conocer nuevos olores y contribuimos así a que nuestra iglesia sea llena de un espíritu de cortesía que manifieste el Amor de Jesús.

Seamos gentiles hermanos, demos la mano con el corazón, así corramos el riesgo de uno de esos virus A, porque estoy seguro (y que me perdone la sociedad médica mundial) que el virus de la descortesía es mucho más dañino y contagioso que la gripe porcina…

No seamos marranos, démonos la mano!

3 comentarios:

MAC dijo...

Severa enseñanza esta columna, "lo cortes no quita lo valiente" dice el viejo refrán. La tarea de aprendernos los nombres de todos voy a hacerla, voy a memorizar todos y cada uno de los nombres de los miembros de la iglesia y voy a interactuar con otras personas. Creo que a seguimos cometiendo errores del mundo aún dentro de la iglesia como son la arrogancia, el desinterés y la apatía, y eso tiene que cambiar.

Gracias nuevamente al escritor de estas líneas, un muy buen mensaje para comenzar el día.

MAC

Anónimo dijo...

Es muy importante este tema para nuestra iglesia. Considero que todos fallamos en este aspecto tan valioso para ganar almas para Cristo... La frase del versículo de Filipenses 4:5 lo dice: "...el Señor está cerca"... en la Reina Valera King James dice "The Lord is at hand".. el Señor está A LA MANO... el testimonio del Señor Jesús debe verse "a la mano" de TODOS los hombres (sin acepción de personas) y debe mostrarse naturalmente a simple vista con nuestras vidas y comportamientos siendo reflejo de Cristo y su segunda venida. Gracias por este mensaje tan valioso para nosotros como jóvenes!!!! Saludos, Alexis

Anónimo dijo...

NO a los marranos... si a dar la mano