jueves, 25 de junio de 2009

A EL QUE LE VAN A DAR, LE GUARDAN.

En 1 de Samuel 16 vemos la historia de David en el momento que fue escogido por Dios para ser rey.

En Los versículos 6 al 13, vemos que el primero que miro Samuel fue a Eliab, a lo cual Jehová responde que no se debía mirar su parecer, ni lo grande de su estatura, si no el corazón. Después de este, Isaí llamó a Abinadab, después a Sama y así de uno en uno siete hijos de Isaí pasaron delante de Samuel.

Dios ya sabía quien era, “David”, el que estaba apacentando las ovejas. Dios tenia claro a quien le iba a dar el reino y si la fila de hombres hubiera sido de 50 hombres y no de 7, para David ya estaba guardado el ser el rey.

Jóvenes, hemos aprendido tanto de David en estos últimos días y hoy quiero enfatizar en lo que el estaba haciendo, “apacentando las ovejas”.

Cada uno de nosotros debe cuidar de su ministerio, no necesitamos ser pastores, lideres o tener mucho conocimiento en nuestra cabeza para cuidar de forma básica nuestro ministerio y preocuparnos por el. Lo único que necesitamos es vivir para Dios con vidas santas que le agraden a él y que nos permitan ser irreprensibles delante de los demás.

Dios tiene cosas hermosas guardadas para nosotros, pero es importante que nuestra vida le demuestre a él que las merecemos por medio de estar día a día con él y en su palabra. David no esperaba nada y en el momento menos pensado Dios le entrego todo un reino.

Insisto, dediquemos nuestra vida a servir a Dios y Dios en Su momento, en Su tiempo (no el de nosotros), nos va a dar esas cosas que nos tenia guardadas. Cuidemos nuestro ministerio, sirvamos de la mejor forma para el, no olvidemos que el que es fiel en lo poco es fiel en lo mucho, sirvamos con la mejor actitud en nuestro corazón que es lo que mira Dios y dejemos que EL se encargue de sorprendernos.

Un lindo día. =)

2 comentarios:

MAC dijo...

En los últimos meses he comprobado acerca de la fidelidad en lo poco y su reflejo postrero y cada día que pasa busco agradar a Dios, sigo cometiendo errores y me arrepiento de ello, pero no pierdo el norte de llevar la palabra y buscar siempre más y más ovejas para apacentar.

Un abrazo.

MAC

Sergio Reyes dijo...

Que bueno pensar en la paz y gozo que podría sentir David cerca de un arroyo, en verdes pastos viendo a las ovejitas comer y él disfrutando de su labor tan sencilla, sin imaginar lo que Dios le tenia guardado. Seguro que en el Trono cuando fue rey de Israel, en sus mejores momentos, tenía la misma paz y el gozo de esos días cuando era un humilde pastor. Gracias por el desafío de ser fieles en lo poco... Y Dios hará lo demás!