viernes, 31 de julio de 2015

La gente DEBE OÍR, una dura TAREA

La labor de predicar el Evangelio no es tarea fácil, siempre habrá oposición, lo vemos en la misma vida de Pablo  de todos los predicadores a través de la historia.

10Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 11Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. 12Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. 13Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. 14Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí. 15Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron.- Hechos 17:10-15

Hay mucho que aprender en este pasaje. Antes que nada, después de haber orado fervientemente por nuestros amigos y parientes, hay que despertar el interés para que oigan el Evangelio, se necesita que la gente noblemente reciba la Palabra y la escudriñe, para que se den cuenta que es la Palabra de Dios y de esta manera Dios los convenza de su pecado, se arrepientan y sean salvos, recibiendo a Cristo en sus corazones.

Estoy convencido de que debemos seguir las guías que Dios ha puesto en el corazón de Pablo en cuanto a la forma de llegar a la gente, despertando primeramente el interés por la Biblia, mostrándoles con claridad cuál es su origen, aclarándoles muy bien que viene de Dios, si esto se da, ya podemos hablarles de su tema y de su personaje, hasta llevarlos a aceptar al Señor Jesucristo como su SALVADOR.

Debemos estar conscientes de que siempre habrá oposición y querrán perseguirnos y acabarnos, pero estamos seguros de que vamos de la mano de Dios y que ÉL no nos va a desamparar y nos dará la victoria con aquellos a quienes Él haya escogido. Nuestro deber es IR a predicar el Evangelio a toda criatura, el resto está en manos de Dios, Él será el que permitirá que la buena siembra dé la cosecha que esperamos.

Que hoy nos quede muy claro que la gente debe OÍR, pero es una tarea llena de tropiezos. La primera tarea del evangelista es despertar el interés por las Escrituras, luego,  es el Espíritu Santo el que guía a cada persona a la Salvación, nuestra tarea es predicarles, pero, lamentablemente a los arboles buenos nos tiran piedras, pero debemos salir con la frente en alto pase lo que pase.

Me impacta ver que Dios nos muestra que no debemos hacer acepción de personas en cuanto a la predicación. Cristo murió por todos y es Dios quien define a quienes salva y con quienes quiere trabajar.


Nuestra tarea es seguir predicando el Evangelio a quienes Dios ponga en nuestro camino, esperando que Dios los lleve a la salvación. No forzando la Obra sino haciéndola de una manera natural, esperando que sea Dios quien escoja a esos siervos fieles. De las carreras no queda sino el cansancio.

Dios quiera que nos retumben las palabras del apóstol  Pablo y que seamos obedientes a ellas:

2 Timoteo_4:5 - Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones,
haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

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