“El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento
tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor
permanece para siempre.” – Salmo
111:10
Si queremos ser hombres sabios, debemos empezar
por temer a Jehová, lo cual se traduce en practicar sus mandamientos. Hace un
momento llamaba mi atención esta palabra PRACTICAR.
Un buen deportista se caracteriza por su
disciplina. Porque de manera permanente está PRACTICANDO la disciplina que ha
escogido. Asimismo sucede con el creyente. Un buen creyente se caracteriza por
que de manera frecuente está PRACTICANDO los mandamientos que recibe del Señor
y como consecuencia de esto la Buena Mano de Su Señor se ve reflejada en su
vida personal. Mira lo que nos dice que el Salmo 112, que por cierto es la continuación
exacta del Salmo 111:10…
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus
mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la
tierra; La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su
casa, Y su justicia permanece para siempre.” – Vs. 1-3.
Un hombre con descendencia (Física /
Espiritual) – Un hombre con sustento en abundancia. ¿Los anhelas?
“El
hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio, Por
lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo. No tendrá temor de
malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su
corazón; no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo. Reparte, da a los
pobres; Su justicia permanece para siempre; Su poder será exaltado en gloria.”
– Vs 5-9.
Un hombre que tiene para dar a los demás –
Ordenando en sus asuntos / Sabe para dónde va por que la guía de Dios está
sobre cada área de su vida – Su memoria será para siempre / Recordado – Le vendrán
malas noticias pero no tendrá temor de las mismas ya que su corazón está firme
como una roca - …
“Lo
verá el impío y se irritará; Crujirá los dientes, y se consumirá. El deseo de
los impíos perecerá.” – Vs. 10.
Sin
duda alguna nuestro bien lo encontramos en el temor del Señor.
Un
abrazo y nos vemos mañana,
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