“Aunque mi padre y mi
madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá” Salmos 27:10
A medida que vamos
creciendo en el conocimiento de La Palabra de Dios a través de asistir
fielmente a los servicios, tener una cita diaria con Dios para leer La Biblia y
orar, discipularnos y claro está obedecer, el resultado natural es
evidentemente LA MADUREZ!
Estoy seguro que es el
área del carácter más apetecido por los seres humanos, así muchos (por inmadurez) ni siquiera lo sepan.
La madurez cristiana no
tiene nada que ver con la edad física que tengamos, conozco niños y jóvenes en
edad mucho más maduros que algunos
adultos que siguen en niñerías emocionales como consecuencia de nunca haber
prestado la suficiente atención a la sabiduría de Dios. Con razón dice La
Palabra “Más que los viejos he entendido,
porque he guardado tus mandamientos” Salmos 119:100
La inmadurez espiritual
se manifiesta en la dependencia de nuestras emociones para reaccionar ante las
circunstancias de la vida. Es decir somos inmaduros cuando a pesar de conocer
las promesas y mandamientos de Dios que tienen el poder suficiente para ordenar
nuestros pasos, seguimos insistentemente reaccionando con base en nuestra
carne, nuestro parecer, nuestra propia opinión, nuestro propio pesar.
Pero ésta semana
escuché de cerca a unos jóvenes tan maduros que en realidad, me quedo perplejo
ante la grandeza de Dios en las vidas de quienes le aman y le obedecen. A pesar de que su padre murió a
causa de una enfermedad que consumió su cuerpo y siendo ésta pérdida una de las experiencias
más dolorosas en la vida de cualquier ser humano, éstos jovencitos valientes en
medio de sus lágrimas reconocían el absoluto control de Dios que tuvo que
llevar a la cama a su padre para que reconociera lo más importante de la vida:
Su necesidad de Jesucristo para salvación de pecados y la vida eterna.
No hay en ellos temor
al futuro por falta de provisión, no hay en ellos desesperanza en la muerte de
su padre por desconocer su destino eterno pues saben con certeza que está en el
cielo, no hay desesperación, no hay desconsuelo, no hay depresión…. Hay paz y
gozo en sus corazones, la misma que se describe en Filipenses 4:6-7, la paz que
recibo al escucharles hablar, una paz que se vuelve un testimonio poderoso para
quienes les escuchamos.
El Dios vivo y
verdadero que estos jóvenes han conocido personalmente ha sido suficiente para entender que El mismo
sustenta, da esperanza, consuelo y seguridad y que Dios los recogerá aunque el mundo tiemble y nuestro derredor se
derrumbe.
Eso es madurez que
glorifica a DIOS!! el versículo que
encabeza éste blog fue inspirado por una de sus respuestas a la pregunta que le
hacíamos a uno de ellos: Cómo estás? La respuesta fue Salmos 27:10, gracias
jovencitos porque nos hicieron ver este Salmo con otros ojos, con los de la
absoluta MADUREZ….
Les amamos con todo el corazón y alabamos a Dios al ver la obra en sus vidas…
Les amamos con todo el corazón y alabamos a Dios al ver la obra en sus vidas…
1 comentario:
MUY CIERTO... Que ejemplo tan Tremendo. Nuestro Dios es muy grande y sus obras INDESCRIPTIBLES :)
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