sábado, 25 de enero de 2014

HAS MÁS


Esta semana el Señor me dio una lección muy importante respecto de nuestro compromiso como cristianos y se desprende de lo expresado en Filemón 1:21: “Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo”.

Sabemos que la carta de Pablo a Filemón es una misiva privada mediante la cual el autor habla en favor de Onésimo para librarlo del castigo por parte de su amo pidiéndole que le perdone y vuelva a confiar en el esclavo.

De este versículo podemos extractar lo siguiente:

Dios confía en nuestra obediencia

Así como Pablo confiaba en la obediencia de Filemón respecto del tratamiento del esclavo Onésimo, el Señor espera con seguridad que cumplamos su voluntad como buenos siervos y soldados de su causa.

Veamos algunas precisiones sobre la obediencia contenidas en la Biblia:

Es la actitud que un padre espera de su hijo como en el caso de Jacob descrito en Génesis 27:8: “Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.

Trae bendiciones como se narra en “Deuteronomio 11:13-14: “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.

Es agradable a Dios y preponderante sobre otras formas de actuar como establece I de Samuel 15:22: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”

El ejemplo más importante, el de Jesucristo, según lo contenido en Filipenses 2:8: “… y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”

Fue un momento transcendental en nuestra salvación como anota Pedro 1:22-23: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”

Está por encima de cualquier autoridad humana como se muestra en II de Corintios 4:19-20: “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no

Dios sabe que podemos hacer más de lo que nos dice

De igual forma y así como Pablo sabía que Filemón tenía la capacidad de hacer más según su expectativa, Dios sabe que nosotros podemos superar las expectativas para la sagrada causa de Jesucristo. Es nuestro deber esforzarnos en el cumplimiento de nuestros deberes superando nuestras metas en todos y cada uno de los aspectos de nuestro andar cristiano, sin llegar a ser conformistas.

Observemos algunos pasajes que nos hablan al respecto:

Es un mandamiento como se ordena en Josúe 1:9: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”

Es un trabajo colectivo por la obra como nos indica II de Samuel 10:12: ·”Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.”

Significa madurar y crecer hasta llegar a ser hombres y mujeres estructurados como encontramos en I de Reyes 2:1-2: “Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre.” y en I de Corintios 16:13-14: “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor.”

Implica trabajar para la obra y el servicio como se narra en I de Crónicas 28:20: “Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová.”

Es una norma dirigida a todos los creyentes como se canta en Salmos 31:24:Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.”

Es un trabajo de la mano de Dios como nos muestra en Hageo 2:4: “Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.” y en II de Timoteo 2:1: “Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.”

Jóvenes, Dios confía en nuestra obediencia la cual debe ser sincera y traerá su debida recompensa y es una remembranza de la actitud de sometimiento que tuvo nuestro Salvador Jesucristo frente al Padre, asimismo Dios espera que demos cada vez más y nos esforcemos y seamos esos hombres y mujeres conformes a la imagen de su Hijo; entendiendo que cada cosa que hagamos demás jamás será en vano y contribuirá en nuestro caso a lograr Colombia para Cristo, entendiendo que el 2014 debe ser un año sustancialmente diferente donde entendamos que debemos hacer más para la obra del Señor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias... Esta es mi conclusión : Tenemos 3 alternativas : Obedecer u obedecer u obedecer... Buen día

Anónimo dijo...

:)