Salmos
20:7-8 “Estos confían
en carros, y aquellos en caballos;
Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.
Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie”
Después de 6 versos en donde el Salmista envía palabras de bendición y
confianza a los creyentes, llegamos a los versos 7 y 8 donde encontramos un
contraste entre dos grupos de personas, en estos versos encontramos palabras
como estas: “estos, aquellos, ellos” dando a entender que son un grupo
de personas diferente al de la palabra “nosotros”.
Son dos grupos de personas que devocionalmente podríamos aplicarlo a creyentes
y no creyentes o creyentes que viven en el espíritu y creyentes que viven en la
carne. La diferencia de estos dos grupos radica en dos cosas: la primera es
donde se tiene la confianza y la segunda tiene que ver con la
permanencia.
En el primer grupo que
el salmista hace referencia, (del cual omite cualquier tipo de vínculo al usar
las palabras “Estos” y “aquellos”),
enfatiza en que ponen su confianza en sus vehículos militares y de guerra. Estos ejércitos son un cuadro de
las personas que tienen su confianza y esperanza en sus riquezas, su fuerza,
sus contactos, sus estudios, su experiencia, su doctor, su cuenta bancaria, su
trabajo etc.
Una confianza en el hombre o en lo material, diferente al otro grupo de personas que en este caso era el ejército del rey David, que literalmente dice que tenían su confianza en Jehová y específicamente en recordar o hacer memoria de todas las grandes cosas que Él ha hecho. Esta era la confianza del rey David al escribir el Salmo 23 en el verso cuatro que dice: “Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
Una confianza en el hombre o en lo material, diferente al otro grupo de personas que en este caso era el ejército del rey David, que literalmente dice que tenían su confianza en Jehová y específicamente en recordar o hacer memoria de todas las grandes cosas que Él ha hecho. Esta era la confianza del rey David al escribir el Salmo 23 en el verso cuatro que dice: “Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
2 Crónicas 32:8 Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo
del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con
nosotros que con él. Con él es el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová
nuestro Dios para ayudarnos, y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza
en las palabras de Ezequías rey de Judá.
La segunda diferencia
entre los dos grupos de personas a las que el rey David se refiere tiene que
ver con la debilidad y desánimo comparado con el ejército que se
levanta cuando ha caído y sigue en pie de lucha. Que gran aplicación podemos
ver entre los creyentes de hoy o las personas que escuchan de Jesús pero que
ante el primer obstáculo, tentación o prueba que se les presenta se derrumban y
lo toman como excusa para no seguir adelante, muy diferente al creyente que
ante la prueba o ante el mismo pecado se levanta, cobra ánimo y entiende que
por nada puede desfallecer o mirar para atrás, sino que su mira esta puesta en
Cristo como lo enseña Hebreos 12:1-2.
Tan solo una pregunta
para terminar ¿En quién Confías tú?
1 comentario:
Gracias por la motivación... :)
Publicar un comentario