miércoles, 1 de mayo de 2013

¿CUAL ES EL GRAN MANDAMIENTO?

Mateo 22 nos muestra a tres grupos de personas que hacían preguntas para tentar a nuestro Señor Jesucristo.  El último de los personajes que pregunta es un intérprete de la ley, quien dice:

 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.Este es el primero y grande mandamiento.Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Varias cosas llamaron mi atención de este pasaje:

1. La palabra amar que se describe en el pasaje viene de la raíz ágape, que es un amor de decisión, un amor a pesar de lo que sea, un amor como lo describe 1 corintios 13, es el amor con que Dios nos ama. 

2. Dos palabras interesantes sobre a quién amamos primeramente, dice el pasaje AMARAS al SEÑOR TU DIOS, podemos preguntarnos ¿Es Dios el señor de tu vida?, ¿es quien manda, quien dirige, guía tu camino? ¿Es DIOS el creador del universo, tu Dios? o ¿es el Dios de tus padres, de tu líder, de tu pastor?

El Dios creador del cielo y la tierra demanda de ti un amor que viene como resultado de entender que Dios nos amó primero dando su vida por nosotros y que le amamos porque Él nos amó primero. Un peligro para el cristiano que vemos en Apocalipsis 2:4  “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”.

3. El texto de reflexión nos muestra que ese amor a Dios debe ser con toda tu alma, mente, fuerzas y corazón, en pocas palabras con todo nuestro ser como lo enseña también Deuteronomio 6:5, la gran pregunta es ¿A que le pones toda tu fuerza? ¿En qué ocupas diariamente tu mente? ¿hacia dónde corre tu alma?

4.  El segundo gran mandamiento tiene el mismo ingrediente del primero, el amor ágape, pero tiene otro destino, amar al prójimo. Por mucho tiempo los judíos religiosos enseñaban que el prójimo era el próximo, es decir los otros judíos, pero Jesús llega con un amor más grande amar al enemigo, amar al necesitado, fue uno de los propósitos en la parábola del buen samaritano. Dice la biblia que si amamos tan solo a quien nos aman que recompensa tendremos, así lo hace todo el mundo, el desafío del amor es hacerlo a quien nos hizo daño, perdonándolo, a nuestro enemigo dándole testimonio de Cristo y no guardando rencor.

El amor es el gran peldaño en nuestra carrera de crecimiento espiritual. Por otra parte sino no amas a tu hermano en la fe, menos lo harás con tu enemigo y menos con Dios, pues si  no amas a quien ves, como lo harás a quien no ves.

Te animo a que recuerdes este principal mandamiento, el AMOR, que ese amor sea ferviente, sin fingimiento, para que seáis lleno de toda la plenitud de Dios y para que el mundo vea que somos discípulos de Cristo.

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