lunes, 27 de junio de 2011

CRISTO ES LA SOLUCIÓN

Ayer Dios me permitió enseñar a la iglesia (1 Reyes 8:33-53), quiero hacerles un breve resumen, por que es un pasaje que narra 3 situaciones de disciplina en las que Dios nos puede poner, pero en cada una de ellas, comprobamos ese infinito amor y misericordia que tiene por nosotros.

1. SI ESTAS DERROTADO, RUEGALE.

(1 Reyes 8:33a) “Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti"

Y acá tenemos una primera situación en que puedes estar hoy o podrías estar en cualquier momento de tu vida. Derrotado. Estas desanimado. Sientes que nada de lo que estás haciendo vale la pena y no quieres continuar, y lo más triste, sabes que estás así, por tu pecado contra Dios. Y ese pecado es tan fuerte y tan frecuente en tu vida, que has perdido el gozo del señor, y eso te tiene mal, derrotado, triste, cansado. Si es tu situación, Dios quiere que confieses tu pecado, que le entregues esa carga pesada que llevas y seguro el te va a escuchar.

(1 Reyes 8:33b-34) “Y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa, 8:34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.

Que bonita promesa. Si te humillas y le oras a Dios y le ruegas y le suplicas por su perdón, el te oye y perdona tu pecado y regresa el gozo a tu vida.

2. SI NO ERES PROSPERADO, VUELVETE DE TU PECADO.

(1 Reyes 8:35a) “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti,”

Segunda situación, estás notando que las cosas no están saliendo como tu quieres en tu vida, no hay bendiciones, los cielos están cerrados y no llueve, con seguridad hay algo en tu vida que no esta bien. Y tú lo sabes. Hay pecado que no permite que las bendiciones de Dios lleguen a ti, que los cielos se abran. Si la mano de Dios está sobre ti y no te está prosperando, Dios también espera que lo busques y te reconcilies con El.

(1 Reyes 8:35b-36) “y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad”

Reconciliarte con Dios implica también volverte de tu pecado. No es solo pedir perdón, es también hacer un compromiso con Dios de dejar ese pecado atrás.

3. SI ESTAS ANGUSTIADO, PIDELE.
(1 Reyes 8:37) “Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea”

Sabes que Dios también puede disciplinarte con alguna plaga o enfermedad, o aún con una situación de peligro. Si estas enfermo, angustiado, atemorizado, en peligro, y suplicas a Dios, y extiendes tus manos hacia el, El te oirá y actuará,

(1 Reyes 8:38-39) “Toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, 8:39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres). 8:40 para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.”

Y hay algo bien bonito en el versículo 39, dice que solo el “conoce el corazón de todos los hijos de los hombres”. Seguro vamos a fallarle a Dios, seguro con nuestros actos en ocasiones vamos a ofenderlo, pero solo Dios conoce nuestros corazones y conoce el arrepentimiento sincero que hay en ellos.

4. SI ERES SU HIJO, EL TE ESCUCHA Y TE AMA.

(1 Reyes 8:51-53) “Porque ellos son tu pueblo y tu heredad, el cual tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. 8:52 Estén, pues, atentos tus ojos a la oración de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para oírlos en todo aquello por lo cual te invocaren; 8:53 porque tú los apartaste para ti como heredad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Jehová”

Nosotros somos el pueblo de Dios. El nos rescato del mundo, de las manos del Diablo, para pertenecer ahora a su familia. Nos dio propósito para andar en el mundo y además nos dio lo más importante, la esperanza de la vida eterna. Como dice el pasaje el nos aparto como heredad suya, y por eso ahora como un buen padre quiere cuidarnos.

No importa que hayas hecho, si has recibido a Cristo en el corazón, eres hijo Dios, y el te ama. Por eso tanta misericordia y tanta paciencia de Dios. Somos rebeldes, lo ofendemos, lo maltratamos, pero somos sus hijos, y El nos ama, y está siempre dispuestos a escucharnos y a perdonarnos, siempre y cuando sea de corazón.

Ahora lo más importante es que sea cuál sea la situación en que te encuentres, debes entender que “CRISTO ES LA SOLUCIÓN”.

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