Eclesiastés 7:2 mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.
Este miércoles que paso recibí la llamada de uno de mis mejores amigos de toda la vida, mi amigo me pedía el favor de ir a la casa de sus padres y visitarlos, ya que su padre estaba delicado de salud (cáncer de estomago) y su mamá estaba bastante afligida. Mi amigo quería que yo "orara con su padre y le diera palabras de ánimo a su mamá". Después de esa llamada salí corriendo a visitarlos y al llegar me encontré con parte de la familia bastante afligida por la deteriorada salud de don pablo, un hombre especial, bondadoso, un gran amigo que estaba postrado en la cama recibiendo respiración artificial.
Cuando llegue a su habitación pedí permiso a su esposa contándole que le quería hablar de Dios, me senté junto a el, le tome la mano y le predique el evangelio, solo Dios sabe si este hombre podía entender y escuchar lo que le compartía, lo invite a orar con la confianza en mi corazón de que me estaba escuchando, luego ore por el, compartí un tiempo con el resto de la familia y me despedí. El mismo miércoles a las 5:00 p.m. don pablo murió en la presencia de todos sus familiares.
Esta tarde fue su cremación, fue algo muy doloroso para todos los que estábamos, las lagrimas me salían de los ojos al echar tiempo atrás y recordar a este hombre, recordaba su alegría, su generosidad, era una película pasando rápidamente por mi cabeza, además de todo esto pensaba en mis padres que aun viven, deseaba abrazarlos y decirles cuanto los amo, pensaba en tanta gente que muere sin Cristo, pensaba en cuan frágil y rápida es la vida, ponía muchas cosas en mi corazón, fue un tiempo de mucha reflexión y oración.
Después de entrar el cajón a la cremación vinieron las palabras de los hermanos y amigos y vinieron las palabras de mi amigo Roger, este hombre cambio nuestras lágrimas en risas al recordarnos a su padre, mi amigo nos hizo recordar tantas virtudes de su padre, tantas sonrisas, tantos buenos ejemplos y como siempre había una solución a los problemas, siempre había un pan para compartir y una sonrisa para regalar.
Cuantas cosas pude hoy reflexionar, cuantas enseñanzas hoy pude recibir, cuanto dolor sentí por las almas de los hombres y todo esto no hubiera sido posible si no hubiera estado en la casa del luto, por eso bien dice el predicador mejor es ir a la casa del luto porque muchas cosas pondrás en tu corazón.
“aprovechen a sus padres ustedes que los tienen vivos, disfrútenlos ahora mientras pueden, así como yo disfrute a mi padre hasta el ultimo0 día” estas fueron las palabras de despedida de mi gran amigo Roger.
Mi hermano si tienes una visita pendiente para hablar de Cristo no la pospongas más, porque la vida es neblina, aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece.
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