lunes, 7 de febrero de 2011

SUPERSTICIONES........

(Deuteronomio18:10) “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios. Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis”.

Como parte de al enseñanza sobre la adicción a las cosas, Dios me mostró este pasaje sobre los amuletos y los agueros, en general a todo lo que tiene que ver con esoterismo y cosas sobrenaturales. Hay personas que siempre tienen que cargar con algo que creen que les da suerte. Una pata de conejo, una piedra, un símbolo, escapularios, en fin, cualquier cosa en la cual depositan su confianza, en vez de confiar en Dios.

Dios nos hace en Deuteronomio una advertencia muy clara, no debemos practicar estas cosas, por que son abominación para con Dios.

Las personas que creen en estas cosas se llaman supersticiosos, que según el diccionario son: “Personas que no tienen fundamentos racionales, sino que atribuyen carácter mágico, oculto o sobrenatural a determinados acontecimientos”. Ahora, sin duda hay cosas que suceden de forma sobrenatural, pero porque Dios interviene, y no porque yo haya hecho o dejado de hacer algo, ni mucho menos por yo tenga un amuleto.

Los amuletos no tienen ningún poder. No sirven para nada. Son mugre. Así que si tienes una piedra o un dije o cualquier cosa que crees que te da suerte, puedes botarla con toda tranquilidad que nada va a pasar.

Jóvenes ser supersticioso y ser agorero es pecado. Más bien desde hoy empieza a confiar en Dios, que el es único que si puede hacer cosas sobrenaturales en tu vida que aún ni te imaginas.

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