miércoles, 11 de noviembre de 2009

NUESTROS NIÑOS Y NUESTROS VIEJOS

En el sensacional libro de Éxodo, repleto de enseñanzas prácticas para la vida del creyente y de la iglesia, Dios nos desafía por medio del creciente liderazgo de Moisés a amar y defender al pueblo de Dios y dar la vida para que ellos tengan la oportunidad de experimentar su Presencia y la adoración verdadera.

En Éxodo 10 cuando parece que, luego de la plaga de la langosta, al fin Faraón cederá y dejará ir al pueblo, pero sólo a los hombres, Moisés se le anticipa en el versículo 9 y dice: “Moisés respondió: Hemos de ir con nuestros niños y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es nuestra fiesta solemne para Jehová.”

Y Dios me puso a pensar cómo es mi relación y mi preocupación por nuestros niños en la obra y mi aporte a la comunión permanente de los pequeñitos con su Salvador.

Además, los viejos. ¿Están disfrutando nuestros mayores de la dulce comunión con Dios y la adoración diaria a ÉL?

¿Están los niños y los grandes realizados en la iglesia, descubriendo a diario los atributos de su Creador, deleitándose en su Palabra y desarrollando su potencial en familia en la obra?

Para que cómo congregación estemos en esa permanente fiesta solemne con Dios, en la que celebramos que fuimos liberados de la opresión del mundo y anunciamos que vivimos para El Cielo, necesitamos preocuparnos los unos por los otros, cuidarnos, edificarnos y estar dispuestos a disminuir el paso, si es necesario, y tener consideración de toda la grey sin hacer acepción de personas para que la comunión sea de todo el pueblo de Dios y no de unos pocos.

¿Qué estarán preparando los maestros para nuestros niños este domingo?, ¿Cómo les irá en el colegio a esos soldaditos como auténticos cristianos?, ¿Qué historia de la Biblia estarán disfrutando con sus papás?, ¿Cuál será su personaje favorito?

Y: ¿Qué carga tendrán nuestros ancianos?, ¿Qué historia fascinante de su juventud querrán compartir?, ¿Qué trato les estarán dando en sus citas médicas?, ¿Cuál será su postre favorito?, ¿Cómo percibirán a su Dios y al Cielo desde el sosiego, o la tribulación, de la edad dorada?

Le doy gracias a Dios por líderes como Moisés, quien, en medio del esplendor de su ministerio, dio su vida y enfrentó al mismo Faraón, por su rebaño.

Feliz día.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por disminuir el paso, por estar al lado.

Los amo en el Señor, niños, ancianos, jovenes iglesia...

Saludos

MAC dijo...

La columna del día de hoy me hizo pensar mucho en mi Madre que ya está en su aldultez tardía y sigue aferrada a la tradición y a la religión católica, hace varios días ya que tengo en oración su salvación. Seguiré constantemente pidiendo por personas como ella y comenzaré a agradecer por los ancianos de nuestra iglesia local y todos los ancianos que forman parte de ella.

Que importantes son ellos, que buenos consejos nos pueden dar, que madurez y experiencia nos pueden aportar.

Un abrazo a todos esta mañana.

MAC