lunes, 24 de agosto de 2009

COMO ENSEÑAR LA BIBLIA


Esta mañana estuve repasando algunos versículos que ya había estudiado en mi devocional del Libro de Tito y me llamaron especial atención los versículos 7 y 8 del capitulo 2, (Tito 2:7-8) “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.”

Y me llamo la atención la parte que habla sobre la enseñanza. Y creo que ahora Dios me abrió mejor el entendimiento sobre estos versículos, por que estoy teniendo más compromisos con la enseñanza de su palabra. Y Dios me enseño 3 cosas:

Primero, que enseñando debemos mostrar integridad, es decir decencia, rectitud y respeto con las personas que nos están oyendo. En ningún momento ser ofensivos con nada, ni con nadie.

Segundo, que debemos ser serios, cosa que no se debe confundir con ser aburridos. Ser serios, tiene también que ver con ser respetuosos, pero en este caso hacia la persona de Dios, siendo concientes de la formalidad y sobriedad que implica enseñar la palabra de Dios. Ser serios es entender que no estamos en una caseta de una feria, ni estamos animando un concierto ni un bazar, si no que estamos en un atril, enseñando la Biblia. Ahora, siempre es bueno hacer algunos apuntes, para hacer más entretenida y dinámica la enseñanza una enseñanza, pero teniendo siempre cuidado de no convertirlo en un espectáculo humorístico.

Y por último Dios me enseño que siempre debemos enseñar palabra sana e irreprochable. Es decir enseñar siempre sus palabras, que son las únicas sanas e irreprochables. Un peligro común y creo que una lucha que tenemos los que enseñamos la Biblia, es a veces caer en interpretaciones personales. Debemos estar atentos con cada palabra que vamos a decir, por que de otra manera es que se propagan las doctrinas torcidas, que tanto aborrece Dios. Cuando nos salimos de la Biblia y comenzamos a enseñar lo que nosotros creemos o interpretamos, caemos como en muchas iglesias, en seguir doctrinas de hombres.

Y termina el pasaje diciendo algo bonito. Cuando enseñamos la Biblia de forma recta, seria y con palabra sana e irreprochable, el adversario se avergüenza y no tiene nada malo que decir. Esta es una buena manera de atacar el enemigo, por que se siente señalado y se achanta.

Creo que son 3 buenos consejos para los que tenemos este privilegio inmerecido de enseñar la Biblia, pero también espero que los puedan aprovechar jóvenes y jovencitas, que aún no enseñan, pero que quieren desde ya prepararse para cunado Dios lo disponga.

Un abrazo y buen día.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

=)

MAC dijo...

Quiero formarme para llegar a enseñar así me gustaría algún día no muy lejano que pudiera predicar y estuvieran sentada mi familia y mis amigos.

Un abrazo a todos.

MAC

Anónimo dijo...

Lindo pasaje,quiero agradar a Dios en todo momento y obedecer su palabra, cada vez que hago mi devocional me intereso más en aprender es maravillosa su palabra llena de sabiduria y amor, me siento honrada al pertenecer a esta iglesia maravillosa de sana doctrina..gracias Señor por permitirme tener este gozo, alabado seas .

un abrazo a todos

Laura Schneider.