lunes, 18 de mayo de 2009

AMABLES PARA CON TODOS

Suena repetitivo, pero me sigue sorprendiendo la manera tan clara con la que Dios nos habla generalmente. Una de mis grandes luchas en el cristianismo, ha sido con mi genio. Me da mal genio con relativa facilidad, y a pesar de haber mejorado bastante, me sigue costando controlarme en algunas situaciones.

El jueves de la semana pasada tuve uno de esos días que uno no quisiera tener frecuentemente. Por la mañana tuve una discusión bastante jarta con un compañero de trabajo y por la tarde me dedique a perder el tiempo, por que de todo lo que tenia que hacer, nada me salio como yo esperaba. Y termine la tarde con otra discusión, también jarta con un medico. Y yo pensaba que en ambos casos yo tenia la razón, y es probable que si, pero a la siguiente mañana, Dios me mostró un pasaje que me dice con toda claridad como debo reaccionar ante esas situaciones adversas. (2 Timoteo 2:24) “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos”. Y creo que Dios es bastante claro. En ninguna situación que se nos presente, por adversa o desagradable que sea, debemos contender con nadie, si no por el contrario ser siempre amables, ser siempre mansos. (Tito 3:2) Lo reafirma, hablando del comportamiento de los Cristianos dice: “Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombre”.

Y es bonito ver en la misma Biblia como Dios recompensa a los mansos: (Salmo 37:11) “Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz”. (Mateo 5:5) “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

La verdad este pasaje en Timoteo, me refresco la memoria. Y a los que tienen la misma lucha mía con el mal genio, Dios nos recuerda por medio de estos pasajes que, por más que tengamos la razón, por más que estén actuando injustamente con nosotros, como buenos imitadores de Cristo nunca debemos ser contenciosos, ni altaneros. Mas bien debemos respirar profundo y recordar que si según (1 Corintios 10:1) Jesucristo es manso y tierno, nosotros tenemos que actuar de la misma manera.

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