sábado, 11 de julio de 2015

OTRA LENGUA


En Nehemías 13:23-26 encontramos lo siguiente: “Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo. Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos. ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.” 

Los hombres del pueblo judío infringieron las leyes dictadas por Dios y fijaron sus ojos en mujeres de otras naciones abominables ante sus santos ojos y el fruto de esas uniones eran vástagos que desconocían la lengua de sus padres.

Ese mismo resultado puede darse en nuestras vidas como cristianos en la actualidad, hombres y mujeres conocedores de la verdad con nacionalidad celestial que por acuerdos y relaciones indebidas, producen resultados adversos.

La lengua de Judá
La primera referencia expresa la encontramos en II de Reyes 18:26-29: “Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilcías, y Sebna y Joa, al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros en lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre el muro. Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su propio estiércol y beber su propia orina con vosotros? Entonces el Rabsaces se puso en pie y clamó a gran voz en lengua de Judá, y habló diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria. Así ha dicho el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano.” Lenguaje debía prevalecer pero una lengua advenediza fue la que predominó.

Juan en su evangelio nos muestra varios ejemplos del conocimiento que tenía de esta lengua en medio de la dominación del Imperio Romano y nos mostró varias traducciones así:

Juan 5:2
“Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.”

Juan 19:13
“Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.”

Juan 19:17
“Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;”

Juan 19:19-20
“Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.”

De igual forma Pablo describió con exactitud varias oportunidades donde utilizó este idioma para dirigirse a su pueblo originario.

Hechos 21:40 - 22:1
“Y cuando él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Y hecho gran silencio, habló en lengua hebrea, diciendo: Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros.”

Hechos 22:2-3
Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les dijo: Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.”

Finalmente podemos corroborar que fue la lengua usada por Dios en la conversión de Pablo descrita en Hechos 26:14: “Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.”

Así las cosas podemos ver que ninguna relación en el mundo nos puede llevar a dejar de aplicar el lenguaje de la verdad, este debe estar por encima de cualquier cosa y la voz de Dios contenida en su santa palabra escrita debe sobresalir.

Mujeres extrañas
Es triste ver el caso descrito en el que muchos hombres despreciaron a sus posibles parejas procedentes de sus tribus para ir en pos de mujeres ajenas.

Ese mismo error también puede cometerse en nuestras vidas como cristianos hoy, donde hijos e hijas de Dios busquen relaciones amorosas en el mundo y que aún como Salomón despreciemos sabiduría contenida en las Escrituras para caer en el pecado.

Son muchos los ejemplos de hombres de Dios que desviaron su camino con consecuencias nefastas por permitir que una mujer les indujera al pecar o caer en desgracia, miremos algunos ejemplos:

El caso de Eva descrito en Génesis 3:6: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”

El caso de Dalila descrito en Jueces 16:6/10/13/15-17 “Y Dalila dijo a Sansón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado.” / “Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser atado.” / “Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. El entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela y las asegurares con la estaca.” / “Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza. Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su corazón, y le djio: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.”

El caso de Jezabel descrito en I de Reyes 21:4-7/25: “Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió. Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y no comes? El respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o que si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi viña. Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel.” / “(A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba.”

El caso de Zeres descrito en Ester 5:12-14:Y añadió Amán: También la reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella dispuso, sino a mí; y también para mañana estoy convidado por ella con el rey. Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey. Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.”

El caso de la esposa de Job descrito en Job 2:9-10:Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.”

Jóvenes, somos el cuerpo de Cristo; y la verdad sea cual sea nuestra relación con el mundo debe prevalecer, nuestro idioma debe permanecer incólume sean cuales sean las circunstancias, que ninguna relación tenga el poder de separarnos de nuestro Señor.

Finalicemos esta entrada con las palabras de Dios contenidas en Proverbios 5: 3-8:

“Porque los labios de la mujer extraña destilan miel,
Y su paladar es más blando que el aceite;
Mas su fin es amargo como el ajenjo,
Agudo como espada de dos filos.
Sus pies descienden a la muerte;
Sus pasos conducen al Seol.
Sus caminos son inestables; no los conocerás,
Si no considerares el camino de vida.
Ahora pues, hijos, oídme,
Y no os apartéis de las razones de mi boca.
Aleja de ella tu camino,

Y no te acerques a la puerta de su casa;”

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