miércoles, 15 de abril de 2015

VIVIENDO LA SANA DOCTRINA EN LOS TIEMPOS POSTREROS

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,  y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” 2 Timoteo 4.1-4
 Es verdad que toda la Escritura  es útil y en éste pasaje me resulta que cada palabra resalta con fuerza Su eficacia y poder para comprender mucho más la realidad de lo que debemos vivir como creyentes de los últimos tiempos.
Vivimos en tiempos tan peligrosos y a la orden del día están las presiones del mundo, la carnalidad y el engaño de aparentes líderes espirituales que apartándose de La Palabra de Dios congregan a multitudes tras sus propios egos y aprovechándose de esa comezón de oir de las personas les enseñan solo lo que quieren escuchar y no la claridad de la sana doctrina que nos dejó nuestro Señor Jesucristo.
Para quienes amamos la Palabra de Dios y la sana doctrina esto causa en ocasiones impotencia al ver que familiares, amigos y conocidos se dejan seducir con facilidad por esas doctrinas engañosas y siguen viviendo sus vidas con una aparente espiritualidad y bondad pero sin apartarse del pecado, sin compromiso auténtico, y lo que es más grave en la mayoría de los casos: Sin  Cristo en sus corazones.
La apostasía se hace cada vez mayor y la gran pregunta es que estamos haciendo para evitar contagiarnos como iglesia de tan terrible flagelo?
Este versículo nos lo  enseña con total claridad y para hacerlo al pie de la letra:
Debemos predicar La Palabra, no lo que la gente quiere escuchar sino lo que Dios nos habla a través de ella gústele a quien le guste, Dios es quien toca los corazones.
Insistir en su enseñanza a tiempo y fuera de tiempo: Con valentía!!  la Palabra de Dios siempre será oportuna solo pidámosle a Dios la sabiduría para hacerlo.
Debemos redarguir, reprender, exhortar con paciencia y doctrina: Nunca dice la  Biblia que la Obra del Señor se hace a través de shows o programas llamativos, ni aún con muchas actividades que distraigan nuestro enfoque de ser siervos de Cristo y no esclavos del mundo, sino mediante la exhortación y reprensión de las vidas de los creyentes a través del discipulado y de los no creyentes a través de la sana y natural exposición de La Palabra del Señor poderosa para alumbrar corazones necesitados de luz y claridad.  Eso requiere muuuuucha paciencia y doctrina, no se hace con un clic.
Siendo sobrios: No somos títeres de un sistema religioso, ni payasos buscando entretener para conseguir adeptos, seamos sobrios, mostremos la gracia de Dios, no nos embriaguemos buscando conformarnos a los deseos de éste mundo, sino andemos conforme al equilibrio que viene de vivir en el Espíritu Santo.
Soportando las aflicciones: Somos hijos de Dios y por ello pasaremos pruebas y dificultades que  nos harán mejores para El Señor, así que no busquemos atajos que nos impidan conformarnos a la imagen de nuestro Señor ni busquemos mensajes y predicaciones que nos “aseguren” éxito y prosperidad.
Haciendo obra de evangelista: Compartamos el Evangelio!! “Es poder de Dios para salvación a todo aquel que en el cree”. No importa si escuchan o no, Dios se encarga,  si otros lo hacen mejor que yo, si… si… si.. Sin excusas y con urgencia en estos últimos tiempos estamos llamados a hablar de Cristo.

Cumpliendo el ministerio que nos ha sido encomendado: Cada uno haciendo su parte!! obedeciendo, estando en Su Palabra y sirviéndole al Señor atacaremos sin dudar las dificultades de éstos tiempos postreros y venceremos con El Señor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bueno que entendiáramos y VIVIERAMOS esta linda enseñanza, gracias