martes, 28 de abril de 2015

QUE GRANDE ES NUESTRO DIOS

Leyendo el salmo 139 yo solo tengo palabras palabras para decir !QUE GRANDE ES NUESTRO DIOS! y me rindo ante su majestad, su omnipresencia y su omnisciencia.

Salmo 139: 1-4 "Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda."

Delante de Dios no le puedo esconder, no hay apariencias, no hay mascaras, porque sencillamente él me conoce mejor que nadie, a las personas las podemos engañar pero a Dios ni pensarlo, él sabe mis palabras antes de que salgan de mi boca, no se le escapa ningún detalle de mi vida, ¿No es lo justo rendirme ante él, y permitir que tenga las riendas de mi vida y sea el dueño absoluto de mi corazón?

(6) "Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mi; alto es no lo puedo comprender"

No me puedo esconder de Dios, él está en todos lados. Salmo 139: 7-12 "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz"

Si meditáramos constantemente en este salmo, estaríamos cada vez más alejados del pecado y viviendo vidas santas como el Señor espera de cada uno de nosotros.

Salmo 139: 13-18 "Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos, en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo."

Que porción tan maravillosa, me impacta que mi embrión vieron sus ojos, conocíamos a Dios, lo vimos cuando él nos estaba formando y nos buscó, nos encontró y nos perdono cuando andábamos extraviados y sin rumbo. Que grande es nuestro Señor.

Salmo 139: 23-24 "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno."

David termina este salmo entendiendo que solo Dios conoce su corazón, sus pensamientos y le pide que lo examine, a aquel que lo conoce todo, para que no haya en él camino de perversidad y lo guié en el camino eterno.

Solo Dios quien nos formo en el vientre de nuestra madre, quien conoce cada uno de nuestros pensamientos, al que no nos podemos esconder, debemos pedirle constantemente que nos examine, que nos pruebe y nos permita y ayude a evitar todo camino perverso delante de él y nos guié en su camino, que no permita que nos desviemos ni a derecha ni a izquierda.

Solo Dios merece el control absoluto de nuestra vida, toda la honra, toda la alabanza, toda la gloria.


Un abrazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡ Que buena reflexión ! Gracias

Anónimo dijo...

Asi es. Que grande es EL! Cuan precioso salmo.

Un abrazo,

Javier,