sábado, 17 de mayo de 2014

HOMBRES DUROS SIN ARREPENTIMIENTO


Esta semana en el capítulo 9 de Apocalipsis, versículos 20 y 21, el Señor nos dice: “Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.”

Recordemos que los ángeles que tenían las trompetas comenzaron a tocarlas, las 6 primeras de ellas ya sonaron y con sus melodías las fatales desarrollaron graves consecuencias para la tierra y sus habitantes. Aun así los hombres permanecen duros e incólumes insistiendo en la idolatría sin mostrar ninguna forma de arrepentimiento al afrontar la justicia divina.

Quiero referir varios pasajes que nos hablan de la dureza de corazón y el trato que Dios da a esta actitud humana:

Salmos 95:8-11: “95:8 No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras. Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. 95:11 Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo. 

Proverbios 28:14: “Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.

Proverbios 29:1:El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.

Romanos 2:5: “2:5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, …”

Hebreos 3:13: “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

Jóvenes, las situaciones descritas en los capítulos 8 y 9 de Apocalipsis son ejemplos de la justicia del Señor, en nuestras vidas podemos pasar por momentos en los que Dios actúe en nuestras vidas ejerciendo su autoridad y poder buscando nuestro arrepentimiento y nuestra respuesta es una actitud arrogante y de dureza, siempre que haya pecado en nuestras vidas seamos humildes, aceptemos la justicia y busquemos la reconciliación y el restablecimiento de nuestra relación con el Creador.

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