Recordemos que los
ángeles que tenían las trompetas comenzaron a tocarlas, las 6 primeras de ellas
ya sonaron y con sus melodías las fatales desarrollaron graves consecuencias para
la tierra y sus habitantes. Aun así los hombres permanecen duros e incólumes
insistiendo en la idolatría sin mostrar ninguna forma de arrepentimiento al afrontar
la justicia divina.
Quiero referir varios
pasajes que nos hablan de la dureza de corazón y el trato que Dios da a esta
actitud humana:
Salmos 95:8-11: “95:8 No
endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el
desierto, Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras. Cuarenta
años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y
no han conocido mis caminos. 95:11 Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.”
Proverbios 28:14: “Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.”
Proverbios 29:1: “El hombre que
reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él
medicina.”
Romanos 2:5: “2:5 Pero por tu dureza
y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la
ira y de la revelación del justo juicio de Dios, …”
Hebreos 3:13: “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre
tanto que se dice: Hoy; para que ninguno
de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”
Jóvenes, las situaciones descritas en los capítulos 8
y 9 de Apocalipsis son ejemplos de la justicia del Señor, en nuestras vidas
podemos pasar por momentos en los que Dios actúe en nuestras vidas ejerciendo
su autoridad y poder buscando nuestro arrepentimiento y nuestra respuesta es
una actitud arrogante y de dureza, siempre que haya pecado en nuestras vidas
seamos humildes, aceptemos la justicia y busquemos la reconciliación y el restablecimiento
de nuestra relación con el Creador.
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