Es el relato del nacimiento de Samuel
un gran siervo de Dios con un nacimiento muy especial: su madre llamada Ana
atravesaba por una vida llena de pruebas y dificultades que podemos leer en los
versos 1 al 8 y que resumiríamos de la siguiente forma:
a) Tenía que compartir a su esposo con otra mujer.
b) Ana era estéril, Jehová no le había concedido tener hijos.
c) Tenía una rival (la otra mujer de su esposo) y no hay nada peor para una mujer que tener a otra con la que se esté comparando.
d) Ana ahora era una mujer que se irritaba, se enojaba y se entristecía lo que la llevo a una depresión que la llevaba al llanto y la pérdida de apetito.
a) Tenía que compartir a su esposo con otra mujer.
b) Ana era estéril, Jehová no le había concedido tener hijos.
c) Tenía una rival (la otra mujer de su esposo) y no hay nada peor para una mujer que tener a otra con la que se esté comparando.
d) Ana ahora era una mujer que se irritaba, se enojaba y se entristecía lo que la llevo a una depresión que la llevaba al llanto y la pérdida de apetito.
Los vs 9 al 18 nos muestran un
panorama diferente y alentador para todos aquellas personas que pueden estar
viviendo momentos de prueba, podríamos llamarlo la única ayuda que Ana tenia,
era la oración. Ana se levanta de ese estado de depresión en el que se
encontraba y ora a Dios con todo su ser, la biblia describe que Ana oro con
amargura de alma, con lágrimas, Ana hace un pacto con Dios, su oración buscaba
aun glorificarle a Él, Ana pedía un hijo para entregarlo a Dios.
Esa oración de Ana fue tan emotiva que Elí el sacerdote del templo pensó que Ana esta borracha, Ana no se desanima de la falsa acusación y expone su caso, de tal manera que Dios usa a Elí para confirmarle a Ana que Dios había oído y deseaba cumplir la petición de Ana. Esta mujer cree a la palabra dada por Dios y eso le da paz a su corazón y una nueva actitud frente a la prueba.
Que buen ejemplo nos da Ana sobre el ORAR, derramar nuestra alma a Dios y cambiar esa mala actitud que viene de un corazón que no confía en Jehová.
Esa oración de Ana fue tan emotiva que Elí el sacerdote del templo pensó que Ana esta borracha, Ana no se desanima de la falsa acusación y expone su caso, de tal manera que Dios usa a Elí para confirmarle a Ana que Dios había oído y deseaba cumplir la petición de Ana. Esta mujer cree a la palabra dada por Dios y eso le da paz a su corazón y una nueva actitud frente a la prueba.
Que buen ejemplo nos da Ana sobre el ORAR, derramar nuestra alma a Dios y cambiar esa mala actitud que viene de un corazón que no confía en Jehová.
Santiago
5:13, 16 ¿Está
alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante
alabanzas.
Confesaos vuestras
ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Los versos 19 al 28 nos cuentan el
final de la historia de la vida de Ana, pero nos da el inicio de la vida de
Samuel. Ana espero en Dios, Él siempre está al control de todo, su marido se llega
a ella y ahora ella está embarazada, un milagro de Dios, Ana dedica los primeros
años del niño en cuidarlo físicamente, pero tal como lo había prometido ahora
lo lleva al templo para dedicarlo a Dios. Que buen ejemplo nos da Ana sobre la
crianza de nuestros hijos, Dios nos ha dado la responsabilidad de ser ese canal
por donde Dios provee para las necesidades de ellos, pero también debemos
entender que son prestados, que nuestra disposición
con ellos debería ser la de dedicarlos al servicio de Dios.
Que dolor me da ver cuándo como padres organizamos un plan de vida para nuestros hijos sin tener en cuenta a Dios en ello, que bueno sería que nuestro deseo genuino para ellos no es más sino que fueran siervos (as) de Dios. ¿Dónde está nuestro corazón en esto: Dios o el mundo?
Que dolor me da ver cuándo como padres organizamos un plan de vida para nuestros hijos sin tener en cuenta a Dios en ello, que bueno sería que nuestro deseo genuino para ellos no es más sino que fueran siervos (as) de Dios. ¿Dónde está nuestro corazón en esto: Dios o el mundo?
"Por
este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los
días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová." - 1 Samuel 1:27-28
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