sábado, 10 de mayo de 2014

DELANTE DEL TRONO DE DIOS


Continuando con el estudio del libro de Apocalipsis aprovecho esta entrada comentar sobre la porción de la Biblia que se encuentra en el capítulo 7, versículos 13 al 17 que establece: “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”

Podemos ver una descripción celestial de la iglesia que ha sido librada de la gran tribulación, perfeccionada con el sacrificio de Jesucristo al servicio de nuestro Señor gozando de la gloria y bendiciones divinas.

De este pasaje podemos resaltar la mención clara y expresa de la tribulación descrita por el Señor Jesús en Mateo 24:21: “…porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.”

De otra parte lo correspondiente a las vestiduras blancas como se enuncia en Apocalipsis 3:5: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.”

Los efectos de la salvación hechos realidad como se describe en el siguiente pasaje, II de Pedro 1:11: “Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”

Finalmente la exaltación inmerecida como Dios nos enseña en algunos versículos: Salmos 91:14: “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.”, Isaías 58:14: “… entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.”, Apocalipsis 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”


Jóvenes, gracias al inmerecido regalo de la salvación, fuimos librados de la tribulación, vestidos con ropas emblanquecidas  con la sangre de Cristo, tenemos entrada en el cielo y vamos a gozar de los beneficios, gloria y exaltaciones celestiales, me atrevo a afirmar que muchas veces somos egoístas y nos negamos a extender ese milagro maravilloso a otros que como nosotros profesen la fe y sean participes de la maravillosa vida en el Señor.

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