Podemos ver una
descripción celestial de la iglesia que ha sido librada de la gran tribulación,
perfeccionada con el sacrificio de Jesucristo al servicio de nuestro Señor
gozando de la gloria y bendiciones divinas.
De este pasaje podemos
resaltar la mención clara y expresa de la tribulación descrita por el Señor
Jesús en Mateo 24:21: “…porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde
el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.”
De otra parte lo
correspondiente a las vestiduras blancas como se enuncia en Apocalipsis 3:5:
“El que venciere
será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la
vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.”
Los efectos de la
salvación hechos realidad como se describe en el siguiente pasaje, II de
Pedro 1:11: “Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa
entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”
Finalmente la
exaltación inmerecida como Dios nos enseña en algunos versículos: Salmos
91:14: “Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le
pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.”, Isaías 58:14: “… entonces
te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y
te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha
hablado.”, Apocalipsis 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así
como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Jóvenes, gracias al
inmerecido regalo de la salvación, fuimos librados de la tribulación, vestidos
con ropas emblanquecidas con la sangre
de Cristo, tenemos entrada en el cielo y vamos a gozar de los beneficios,
gloria y exaltaciones celestiales, me atrevo a afirmar que muchas veces somos
egoístas y nos negamos a extender ese milagro maravilloso a otros que como
nosotros profesen la fe y sean participes de la maravillosa vida en el Señor.
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