domingo, 6 de abril de 2014

¿LO HACE DIOS O LO HACEMOS NOSOTROS?


"Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón.

Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?" Hechos 3:11-14

Buenas noches, algo que me impactó en el libro de los Hechos, es la manera tan grande, sorprendente y poderosa con  la que Dios usa a los Apóstoles luego de que Jesús ha sido llevado al cielo y ellos han recibido el Espíritu Santo.  Pedro acompañado de los otros apóstoles  luego de 2 discursos ha compartido de la muerte de Jesús y aproximadamente 8.000 personas se arrepienten y creen en Jesús como su Salvador. Esta cantidad de personas que se convierten es impresionante y nos recuerda que para Dios no hay nada imposible.

Hechos 2:41 "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas."

Hechos 4:4 "Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil."

Luego de que las tres mil personas ahora hacen parte de los creyentes, mientras Pedro y Juan subían juntos al templo se encuentran con un cojo de nacimiento, al cual, con el poder de Dios sanan (Ellos tenían en esta época este tipo de dones, mientras las escrituras se terminaban de escribir e igualmente para que esa cantidad de personas creyeran en Jesucristo). Este hombre saltaba y saltaba dando gracias a Dios por su sanación milagrosa y las personas al ver este milagro se acercan a ellos, pero los discípulos de una manera directa dejan claro lo que ha sucedido... 

No fueron ellos, no fue su piedad, no fue su poder, FUE SOLO OBRA DE DIOS, ellos le dan toda la gloria a Dios y llenos del Espíritu Santo sin el cual las tres mil personas que se han convertido y las cinco mil que lo harán en el siguiente capítulo, podrían llegar a los pies de Jesús luego de exponer la palabra de Dios claramente.

Inevitablemente debo preguntarme si todo lo que sucede en mi vida es el resultado de la obra del Espíritu Santo obrando por medio de mi y no un hombre obrando queriendo lograr o alcanzar cosas que la carne nunca, pero nunca alcanzará.

Como Pedro, si Dios lo permite, cualquier creyente puede ser usado para llevar las buenas nuevas con poder, pero debe ser bajo la guía y soberanía del Espíritu Santo en la vida del creyente. Morir, como dijo Juan el Bautista, menguar para que él se vea, no el hombre. Que reto.!!

Juan 3:30 "Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe."

Un abrazo.

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