Los
creyentes en Jesucristo muchas veces
acondicionamos nuestra vida a entender que sencillamente todo es voluntad de
Dios y con un buen corazón aceptamos las circunstancias algunas veces difíciles
por las cuales pasamos.
Sin
embargo, la Biblia está llena de promesas preciosas, de tierras prometidas (Éxodo
32:13), de descanso para nuestras almas (mateo 11:29), de saciedad (salmos
107:9), de abundancia (juan 10:10), de árboles frondosos (Salmos 1: 1-3), por solo
mencionar algunas que sin duda alguna todos anhelamos para nuestra vida
terrenal, por cierto pasajera, pero al fin y al cabo palpable cada día.
Así
que, ¿es una buena reflexión, tratar de entender por qué pasamos por momentos de
tanta sequía? ¿Será voluntad de Dios? ¿O será que está en nosotros el tropiezo
para disfrutar de las bendiciones que Dios tiene para sus hijos?
Examinémonos
a la luz de la Biblia para pedirle a
Dios Su bendición manifiesta en cada día y área de nuestras vidas.
Leyendo
el libro de Génesis fue que Dios abrió mis ojos en cuanto a esto, pues los grandes
patriarcas de la Biblia fueron hombres con claras debilidades y pasiones
humanas, pero Dios quien por Su gracia elige y bendice la fe de Sus hijos, les
daba también grandes bendiciones y promesas con el único propósito de que Su
nombre fuera conocido y temido en toda la tierra.
Así
fue en la vida de Isaac quien prosperó grandemente en Gerar y fue Dios quien lo
hizo: “Y sembró Isaac en aquella tierra y cosechó aquel año ciento por uno; y
le bendijo Jehová”. Génesis 26:12
Dios
permite que haya momentos de sequía y cuando pasemos por ellos, no reneguemos
sino confiemos pero vivamos de tal manera nuestra fe que podamos clamarle por
tiempos de abundancia y fruto para Su gloria!
Isaac
al ver la bendición de Dios sobre su
vida expresó “Porque ahora Jehová nos ha prosperado y fructificaremos en la
tierra” Génesis 26:22
Y
así fue, Dios le prometió a Su Padre y estaba cumpliendo en su hijo Sus
promesas, le dijo que no temiera y sus enemigos vieron que Jehová
verdaderamente estaba con el. Génesis 26:28
Así
que la bendición de Dios sobre sus hijos se ve en PROSPERIDAD y FRUTO, y la
prosperidad no es una vida de excesos, sino una en la que no falta nada y el
fruto es lo que Dios quiere que le entreguemos cada día en nuestro carácter
transformado por Su Palabra y en almas nuevas que conozcan de Su Hijo Jesucristo.
Dios no quiere para nosotros vidas miserables y en sequía continua. Gracias Señor porque así es y anhelamos tu bendición más y más!
Dios no quiere para nosotros vidas miserables y en sequía continua. Gracias Señor porque así es y anhelamos tu bendición más y más!
1 comentario:
Muchas gracias :)
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