miércoles, 12 de febrero de 2014

UNA VIDA PRÒSPERA


Los creyentes  en Jesucristo muchas veces acondicionamos nuestra vida a entender que sencillamente todo es voluntad de Dios y con un buen corazón aceptamos las circunstancias algunas veces difíciles por las cuales pasamos.

Sin embargo, la Biblia está llena de promesas preciosas, de tierras prometidas (Éxodo 32:13), de descanso para nuestras almas (mateo 11:29), de saciedad (salmos 107:9),  de abundancia (juan 10:10),  de árboles frondosos (Salmos 1: 1-3), por solo mencionar algunas que sin duda alguna todos anhelamos para nuestra vida terrenal, por cierto pasajera, pero al fin y al cabo palpable cada día.

Así que, ¿es una buena reflexión, tratar de entender por qué pasamos por momentos de tanta sequía? ¿Será voluntad de Dios? ¿O será que está en nosotros el tropiezo para disfrutar de las bendiciones que Dios tiene para sus hijos?

Examinémonos a la luz de la Biblia  para pedirle a Dios Su bendición manifiesta en cada día y área de nuestras vidas.

Leyendo el libro de Génesis fue que Dios abrió mis ojos en cuanto a esto, pues los grandes patriarcas de la Biblia fueron hombres con claras debilidades y pasiones humanas, pero Dios quien por Su gracia elige y bendice la fe de Sus hijos, les daba también grandes bendiciones y promesas con el único propósito de que Su nombre fuera conocido y temido en toda la tierra.

Así fue en la vida de Isaac quien prosperó grandemente en Gerar y fue Dios quien lo hizo: “Y sembró Isaac en aquella tierra y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová”. Génesis 26:12

Dios permite que haya momentos de sequía y cuando pasemos por ellos, no reneguemos sino confiemos pero vivamos de tal manera nuestra fe que podamos clamarle por tiempos de abundancia y fruto para Su gloria!

Isaac al ver  la bendición de Dios sobre su vida expresó “Porque ahora Jehová nos ha prosperado y fructificaremos en la tierra” Génesis 26:22

Y así fue, Dios le prometió a Su Padre y estaba cumpliendo en su hijo Sus promesas, le dijo que no temiera y sus enemigos vieron que Jehová verdaderamente estaba con el. Génesis 26:28

Así que la bendición de Dios sobre sus hijos se ve en PROSPERIDAD y FRUTO, y la prosperidad no es una vida de excesos, sino una en la que no falta nada y el fruto es lo que Dios quiere que le entreguemos cada día en nuestro carácter transformado por Su Palabra y en almas nuevas que conozcan de Su Hijo Jesucristo. 

Dios no quiere para nosotros vidas miserables y en sequía continua. Gracias Señor porque así es y anhelamos tu bendición más y más!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias :)