Finalizando el estudio del libro de Hebreos Pablo en los versículos 5 y 6 del capítulo 13 expresa que: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.” De la segunda parte de este pasaje podemos derivar las siguientes conclusiones:
El cuidado por parte del
Señor y la confianza en Él
Son infinitos los ejemplos que encontramos en la Biblia respecto
del cuidado y protección de Dios como padre para con sus hijos, quiero resaltar
algunas porciones de la Palabra que expresan con claridad esta demostración de
amor.
Job 11:18: “Tendrás confianza, porque hay esperanza;
Mirarás alrededor, y dormirás seguro.”
Salmo 28:7: “Jehová es mi fortaleza y
mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi
corazón, Y con mi cántico le alabaré.”
Salmo 40:17: “Aunque afligido yo y
necesitado, Jehová pensará en mí. Mi
ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.”
Proverbios1:33: “Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá
tranquilo, sin temor del mal.”
Proverbios 3:23: “Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y
tu pie no tropezará.”
Venciendo el temor
De igual forma teniendo
depositada nuestra confianza en el Señor la consecuencia es la ausencia de
temor como se demuestra en los siguientes pasajes.
Salmo 91:5-6: “No temerás el terror
nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni
mortandad que en medio del día destruya.”
Salmo 112:7: “No tendrá temor de malas noticias; Su
corazón está firme, confiado en Jehová.”
Proverbios 3:24: “Cuando te acuestes,
no tendrás temor, Sino que te
acostarás, y tu sueño será grato.”
Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu
Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra
de mi justicia.”
I de Pedro 3:13: “¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el
bien?”
Jóvenes, permitámosle a
Dios que actúe en nuestra vida y sea Él quien nos ampare y ayude, alejándonos
cada vez de la confianza en el mundo para vivir la ausencia del temor
entendiendo que ya fuimos redimidos y nada de lo que haga el hombre puede
afectar nuestra salvación, y por el contrario todo lo que hagamos por el
indulto de sus almas es nuestra obligación.
Finalmente quiero concluir con este contundente pasaje Romanos
8:31: “¿Qué, pues, diremos a esto?
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
1 comentario:
Que BUENA MOTIVACIÓN a CONFIAR plenamente en nuestro Gran DIOS... Muchas gracias :)
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