jueves, 13 de febrero de 2014

JOSUÈ... UNA BENDICIÓN PARA SU NACIÒN

Terminando el libro de Josué y entrando en el libro de los Jueces, el Señor me regalaba estos dos pasajes que transcribo a continuación:

Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.” – Josué 24:31.

Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel.” - Jueces 2:7.

Que desafiante es leer estas líneas y pensar en si nuestras vidas son ese instrumento limpio y útil en las Manos De Dios, para que aquellos que están cerca de nosotros sirvan al Señor de manera genuina.

Pensemos en lo que dicen ambos pasajes: Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué --- Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué.

¿Es nuestra vida esa herramienta poderosa en las manos de Nuestro Señor, para llevar a otros (a causa del testimonio de Dios en nosotros) a amar y servir a Dios con todo su corazón?

O por el contrario, ¿Somos esa piedra de tropiezo que en vez animar al incrédulo a conocer a Jesús, y al creyente a seguirlo; lo que hace es apartar al inconverso y desanimar al creyente?

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.”1 Corintios 10:31-33.

Doy gracias a Dios por nuestros Josuès de hoy en día. Hombres que siguen a Jesús y nos desafían a nosotros a hacer lo mismo. A seguir sus pisadas.

Te dejamos con las palabras de Pablo en 1 Corintios 11:1… “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.

Nos vemos mañana,

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