Escuchar a Dios
El pasaje presenta una división conceptual en la que podemos
diferenciar tres aspectos: la atención, el proceso de oír y la posibilidad de
ser infieles; vamos a comenzar hablando respecto del proceso de oír.
Oir implica percibir
aquello de lo que nos hablan y en el caso concreto de Dios implica la lectura
cuidadosa de su palabra como también empaparnos de las explicaciones y
enseñanzas de nuestros maestros de discipulado y la predicas de nuestros
pastores y líderes.
Dejemos que sea Dios el
que nos muestre algunos pasajes donde nos expone con claridad la importancia de
oírle:
Sus efectos benéficos
descritos en Proverbios 8:34: “Bienaventurado
el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los
postes de mis puertas.” y en Proverbios 15:31: “El oído que escucha las amonestaciones de la vida, Entre los sabios morará.”
Su importancia en la
ponderación de los asuntos espirituales mostrada en Eclesiastés 5:1: “Cuando
fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate
más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben
que hacen mal.”
Una característica de un verdadero creyente
según Lucas 8:15: “Mas la que cayó en buena
tierra, éstos son los que con corazón
bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”
Fundamento esencial de la fe como se describe
en Romanos 10:17: “10:17 Así que la
fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Parte
de la regla de oro de nuestro actuar enseñada en Santiago 1:19-20: “Por
esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para
hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de
Dios.”
Aplicar con cuidado lo oído
Seguidamente miremos lo referente a la atención
y la diligencia respecto de lo oído, la atención enmarca en primera medida el
proceso de acoger en favorablemente los mandatos divinos y a renglón seguido
aplicar voluntariamente lo oído, con prontitud y agilidad en la realización de
dichos procesos. Siendo valedero y pertinente recordar la metodología básica que
debemos aplicar cuando oímos la palabra de Dios, referente a los cuatro pasos
que buscan perfeccionar nuestra atención y diligencia así:
- La extracción del mensaje central de lo oído.
- La enseñanza respecto de Dios.
- El aspecto que más captó mi atención.
- Y en mi opinión el paso más importante que consiste en la
aplicación practica de lo oído en nuestras vidas diarias.
Dios nos da una perfecta descripción
respecto de la aplicación de lo oído en Santiago 1: 22-25: “Pero sed
hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor
de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que
considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y
se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta
ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.”
La infidelidad espiritual
Finalmente el Señor nos
advierte acerca de las consecuencias de la incompetencia al momento de oír y
aplicar lo escuchado dando paso a la posibilidad real de ser infieles;
deslizase significa evolucionar paulatinamente de una forma de ser o postura a
otra de características opuestas y la derivación desliz cognota un desacierto,
indiscreción o flaqueza en sentido moral, especialmente en el marco de un
matrimonio. De acuerdo a lo anterior seamos fieles y firmes como Dios según lo
descrito en I de Corintios 1:9: “1:9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su
Hijo Jesucristo nuestro Señor.”, viviendo el deber permanecer en Dios y nunca
apartarnos de él como se indica en Deuteronomio 4:9: “Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia,
para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten
de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos,
y a los hijos de tus hijos.” y en Deuteronomio 8:11: “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios,
para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno
hoy; …”
Jóvenes, en el pasaje
estudiado Pablo nos muestra la necesidad de escuchar a Dios actuando
coherentemente según las cosas que hemos oído, evitando caer en un desliz
espiritual que nos aparte de Él y nos lleve de un lado a otro de la
espirtualidad siendo hombres y mujeres conformes a Cristo como se establece en Efesios
4:12-15: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres
que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo
la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
1 comentario:
Gracias... Que buena ayuda...
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