Profesar
cumplir éste mandamiento puede parecer fácil para la mayoría de quienes de
verdad amamos a Dios, pues en nuestro corazón El es lo más preciado, sabemos
que El salvó nuestras almas a través de la muerte y resurrección de Jesucristo
su hijo y podemos decirle en alabanzas y en nuestras oraciones: “Señor, te amo
con todo mi corazón y con toda mi alma”. (obviamente esto implica muchas cosas
más)
Y
con toda mi mente? La Biblia dice que
Dios escudriña nuestra mente en Jeremías 17:10, osea que El llega en cualquier
momento a revisar nuestra mente con el mismo derecho que un papá o una mamá revisa si la habitación de su hijo está
ordenada. Puedo imaginar a Dios esculcando mi mente en éste mismo instante, que
encontrará? En qué estoy pensando? Será un desorden de ideas, dudas, vanalidades,
malos pensamientos, conocimiento mundano?
Amar
a Dios con toda la mente requiere en realidad una transformación de nuestro
entendimiento diario y continuo que solo produce el estar en Su Palabra.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:1-2
Es muy fácil terminar pensando como el mundo piensa, lo escuchamos
todo el día, en nuestras conversaciones con amigos, en la calle, en las
noticias, en la universidad y el trabajo, en lo que leemos y sin duda terminamos
pensando lo mismo porque algunas de ellas
las podemos aceptar por sentido común, pero; que piensa Dios?
Solo lo vamos a saber si escuchamos lo que La Biblia nos enseña, ahí está la mente de Dios. Dios quiere que lo amemos con nuestro intelecto, que razonemos Su Palabra, que de verdad la consideremos como la norma infalible para nuestra vida y que dejemos de pensar en las cosas vanas de éste mundo y su temporalidad. Si no leemos Su Palabra el pensamiento mundano nos absorbe a pesar de que asistamos a la iglesia, cantemos alabanzas, sirvamos en algún ministerio y digamos que somos cristianos.
No va a pasar nada que renueve nuestro entendimiento y que nos permita comprobar la buena voluntad de Dios agradable y perfecta si no aprendemos a pensar como Dios quiere que pensemos. Su pensamiento nos dá libertad!!! Nos da confianza!!! Nos da el norte que necesita nuestra vida para no dejarnos arrastrar de la corriente.
Solo lo vamos a saber si escuchamos lo que La Biblia nos enseña, ahí está la mente de Dios. Dios quiere que lo amemos con nuestro intelecto, que razonemos Su Palabra, que de verdad la consideremos como la norma infalible para nuestra vida y que dejemos de pensar en las cosas vanas de éste mundo y su temporalidad. Si no leemos Su Palabra el pensamiento mundano nos absorbe a pesar de que asistamos a la iglesia, cantemos alabanzas, sirvamos en algún ministerio y digamos que somos cristianos.
No va a pasar nada que renueve nuestro entendimiento y que nos permita comprobar la buena voluntad de Dios agradable y perfecta si no aprendemos a pensar como Dios quiere que pensemos. Su pensamiento nos dá libertad!!! Nos da confianza!!! Nos da el norte que necesita nuestra vida para no dejarnos arrastrar de la corriente.
Amar a Dios con toda nuestra mente es un desafío maravilloso que Dios
ha puesto en sus hijos para que nos sintonicemos con El!! Es un mandamiento que
nos acerca a El día tras día.
Nota: Te animo a que tomes un tiempo en alguna cita que tengas con
Dios y Su Palabra para buscar los versículos en los cuales la Biblia menciona
las palabras “mente” y “pensamiento”. Te encantará si quieres AMAR A DIOS CON
TODA TU MENTE!!
1 comentario:
Gracias líderes por MOTIVARNOS permanentemente a vivir una verdadera INTIMIDAD con DIOS :)
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