Creo conocemos o por lo menos hemos
escuchado alguna vez esta historia. Acá va…
“¿Por qué, pues, tuviste en poco la
palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste
a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de
los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada,
por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese
tu mujer. Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu
misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo,
el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en
secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol. Entonces dijo
David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha
remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste
blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente
morirá.” – 2 Samuel 12:9-14
David, un joven precioso en todo el
sentido de la palabra; escogido por Dios de entre todos sus hermanos, librado
por Dios una y otra vez de la mano de Saúl quien le buscara para matarle,
puesto como rey primero sobre Judá y luego sobre todo Israel, y usado por Dios
para ganar batallas y vencer ejércitos “mucho más poderosos” que el de él; toma
una decisión nefasta que después de tantas victorias, va a traer una gran
derrota a él y a los suyos.
En el capítulo 11 de 2 Samuel, encontramos
la famosa historia de David y Betsabè. Capítulo que al parecer termina con una “victoria”
aparente de David al lograr (por lo menos “por ahora”) encubrir todo lo que ha
hecho. Adulterio, borrachera, asesinato, engaño, hipocresía y otros pecados más;
son los pecados que David hasta el momento ha podido ocultar.
Pero en el capítulo 12 de 2 Samuel Dios
usa al profeta Natán para descubrir todo lo hecho por David y mostrar su
justicia y disciplina sobre la vida de su amado. Cuanto amaba Dios a su siervo
David; pero tanto amor no fue excusa para que Dios pasara por alto todo lo
realizado por este joven.
El texto habla por sí solo. Lo leo y me
estremezco al ver la forma como Dios habla a su escogido. Todo esto termina con
la muerte del hijo que Betsabè diò a Luz a David. Cuanto dolor sintió David,
pero cuanto le sirvió la disciplina de Dios para entender la gravedad de los
hechos cometidos.
Todo esto sucedió por que David tuvo en
poco la Palabra de Dios. Que tremendo y que buena advertencia. Que nos
guardemos de menospreciar, de tener en poco la palabra de Dios. Esta mañana te
animamos a considerar lo escrito con el dedo de Dios (La Biblia) y a actuar
conforme a lo que Él te dice en Su Palabra. Cuando esto no es así, Él cómo ese
buen Padre que nos ama, también nos disciplina por que nos ha tomado como sus
hijos.
“y habéis ya olvidado la exhortación que
como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina
del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al
que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis
la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el
padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han
sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte,
tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos.
¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y
aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les
parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su
santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de
gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en
ella han sido ejercitados.” – Hebreos
11:5-12.
Cuanto bien le hizo la disciplina a la
vida de David y cuan protegidos nos podemos sentir al ver la mano de Dios sobre
nosotros aùn llegando al punto de tener que disciplinarnos.
Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
2 comentarios:
Excelente REFLEXIÓN... Nos pone a meditar en serio... Gracias
Gracias nuevamente :)
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