miércoles, 9 de octubre de 2013

¿TIENES PAZ?

En casi todas sus epístolas, el Apóstol Pablo, desea para los creyentes PAZ, en la época antigua una de las palabras usadas en el saludo entre dos judíos  era “Shalom”, que en resumen traducía paz o prosperidad.

Podríamos definir la paz como el completo bienestar, se traduce en  paz con Dios y como resultado  con uno mismo y con los semejantes. La paz es ese sosiego físico o espiritual, la reconciliación, el tratado hecho entre las partes para acabar la guerra.

Nosotros como nacidos de nuevo en Cristo fuimos reconciliados con Dios, Él ha hecho la paz con nosotros mediante la sangre de su cruz. Colosenses 1:20.

Dios nos ha dado a través del fruto del Espíritu Santo, paz como lo enseña Gálatas 5:22-23, una paz diferente a la que este mundo ofrece, una paz en medio de un mundo de aflicción, una paz que sobrepasa todo entendimiento.

Si esto es así, ¿porque nos dejamos los creyentes robar la paz? ¿Porque esas vidas afanadas y turbadas? ¿ porque tenemos esos pensamientos que nos intranquilizan y esos pensamientos de que todo va a salir mal? La respuesta a estos interrogantes lo podemos resumir en dos afirmaciones, la primera es que no hay paz porque no estamos haciendo las cosas bien, cuando el creyente tiene algo oculto, algo escondido que impide que su corazón tenga paz, La segunda razón por la que perdemos la paz es porque no hay confianza o FE genuina en Dios, no entendemos quien es Dios, no entregamos nuestra situación a ÉL y por esta razón los temores nos roban la paz.

Dios desea que su paz gobierne en nuestros corazones como lo enseña Colosenses 3:15, Dios quiere que yo haga todo lo que de mi dependa para estar en Paz con todos los hombres Romanos 12:18, Dios nos ha llamado a Paz en los hogares, así que muramos a la carne para que del Espíritu recojamos paz.

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