Mateo 6:5-7 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
Una definición simple de lo que es orar, es conversar con el Señor, con el Dios Todopoderoso con quien a través del Señor Jesús tenemos entrada al Padre. Este pasaje de la Palabra de Dios nos anima a hablar con el señor no para ser vistos de los hombres sino en la intimidad. Orar en lo íntimo nos lleva a abrir el corazón al Señor, con gran sinceridad, conversar con Él como con un amigo, con la reverencia de hablar al Dios del cielo, al Rey de Reyes y Señor de Señores.
En una relación de amigos verdaderos no hay lugar para el fingimiento o la hipocresía, Cristo nos ama y lo que espera de nuestra relación con Él, es sobre todo la SINCERIDAD.
Quizás tenemos casi de memoria una oración para las mañanas, otra antes de almorzar y otra antes de dormir. Quizás son oraciones que no pasan de dos minutos… y experimentamos una sensación de que la oración no paso del techo o que no está siendo íntima con el Señor…
Jóvenes, hermanos, ¿por qué no encaramos la oración como una experiencia maravillosa de hablar con nuestro mejor amigo, un amigo que le gusta conversar con nosotros cada día de cada detalle de nuestra vida, de gran variedad de asuntos, preocupaciones, temores, sueños, planes, anhelos, victorias, derrotas, aún pecados confesados?
Que tengas un día lleno conversar con el Señor!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario