domingo, 30 de octubre de 2011

Cuidado con las Costumbres, Agüeros y Pactos.


ISAIAS 2:5-6 “ Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová”. Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob porque están llenas de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros”.

Empezando el libro de Isaías Dios habla directamente a su pueblo con el propósito de que se vuelvan a Él y dejen su rebeldía y pecado para poder ser esa nación santa, Ciudad de justicia, Ciudad fiel (1:26b) y Dios dice que él mismo la limpiará de toda la escoria e impureza.

En el versículo 5, la palabra de Dios hace una invitación al pueblo de Israel a que caminen a la luz de Jehová y devocionalmente veo ese llamado que Dios nos hace a dejar esas malas obras y actitudes que nos tienen en tinieblas a causa del pecado.

Luego el versículo 6 nos da una lista de 3 cosas que han permitido que la mano poderosa de Dios no esté sobre su pueblo y que se pueden aplicar a nuestra vida cotidiana.

1. “porque están llenos de costumbres traídas del oriente”

Me impresionó al leer esto y meditar en todas las costumbres que todavía me acompañan de mi vieja naturaleza, mañas, modismos, ambigüedades, groserías, rencores, idolatría y cómo podemos estar arrodillándonos ante las obras que fabrican las manos de los hombres (Vr8).

2. “y de agoreros, como los filisteos”

Agorero es todo aquel que cree o hace agüeros, en todo tipo de supersticiones, adivinaciones, pronósticos que quieran darnos un rumbo a cerca del futuro o posibles acontecimientos cercanos basados en todo menos en la palabra de Dios. Pensaba en todo aquello en lo que creo que me impide entregarle por completo el rumbo de mi vida a Dios ¿qué agüeros te acompañan todavía?, ¡Deséchalos!. También dice que como los filisteos, como el pueblo que no es de Dios, como el mundo, nosotros ya no hacemos parte de ese mundo y sus creencias.

3. “y pactan con hijos de extranjeros”

Acuerdos que hacemos con personas que por ningún lado muestran el temor a Dios y con los cuales muchas veces nos obligamos mutuamente a cumplir cualquier trato que hacemos con ellos, nos enredamos muchas veces con las personas equivocadas y esto nos puede hacer pecar con nuestro Dios, ya que tarde o temprano ese pacto va a demandar un comportamiento que a Dios no le gusta y traerá consecuencias devastadoras para la obra, para la Iglesia, para su pueblo.

Ya sabemos, dejar las costumbres de antes, cero agüeros, cero pactos que nos comprometan y comprometan la obra desfavorablemente, CAMINEMOS A LA LUZ DE JEHOVÁ.
Abrazos, buena semana para todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

:)

Diego Julian Pena Ibanez dijo...

Que bonito, todos debemos comprometernos con el crecimiento de la obra, pero primordialmente con nuestro propio crecimiento.
Un abrazo, Muchas gracias !!!