domingo, 25 de septiembre de 2011

A VOLAR



SALMOS 124:6-7 “Bendito sea Jehová, Que no nos dio por presa a los dientes de ellos. Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; Se rompió el lazo, y escapamos nosotros”.

El Salmo 124 nos muestra la mano auxiliadora de Dios en medio de las asechanzas de nuestros enemigos, miremos una aplicación devocional de este hermoso pasaje. El salmista empieza bendiciendo y agradeciendo a Dios por no permitir que los “tomaran por presa”, cual animal de plato siendo perseguido por un cazador implacable que sin duda alguna y a cualquier costo quieren devorarnos con sus dientes, quieren fatigarnos en esa carrera, asustarnos, desviarnos, hacernos caer, hacernos pecar.

De pronto estamos viviendo una persecución o estamos en medio de una tormenta como aprendimos hoy a causa de una o varias personas y sin querer podemos estar involucrados en diferentes actividades con personas que todavía no tienen un temor de Dios en sus corazones.  Pero luego nos dice el salmo que” nuestra alma escapó”, eso confirma que alcanzamos a ser prisioneros y de pronto hoy somos prisioneros de alguien, una sociedad que no conviene, amistades que nos tienen atados a los placeres de este mundo, un negocio que sabemos va a terminar mal pero seguimos alimentando, tantas cosas con las que nos hacemos prisioneros ayudando a nuestros enemigos a que la persecución sea más fácil para ellos. Pero Dios es más grande que cualquier cadena o atadura y por lo que dice este salmo en los versículos 2 y 3 “A no haber estado Jehová por nosotros, Cuando se levantaron los hombres, Vivos nos habrían tragado entonces, Cuando se encendió su furor contra nosotros” solo por su gracia se rompió el lazo y escapamos nosotros cual ave pasando de un lazo de esclavitud a la libertad del cielo que tenemos en Cristo, me recuerda que Dios nos liberó de una condenación (el cual nos ha librado de la potestad de la tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo Colosenses 1:13) y que su sacrificio fue para darnos toda libertad no para exponernos a una esclavitud innecesaria, si somos esclavos de algo que no nos permite volar libres por el cielo de nuestro padre, pidámosle que sea Él en SU PODER el que rompa esos lazos de los cuales estamos presos. Solo Dios lo puede hacer.
Yo lo necesito más que nadie.

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?  ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos,  Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,  Y no toquéis lo inmundo;  Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre,  Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. II Corintios 6:14-18.

Abrazos.

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