viernes, 11 de febrero de 2011

¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios?

Hoy solo quiero que leamos, este pasaje tan claro donde el profeta Isaías reprende al pueblo de Israel por su desobediencia.
Cuando lo leí pensé, de que sirve tanto servicio, tanto sacrificio, aún las ofrendas nuestras, nuestro tiempo en la iglesia, de que sirve todo esto si nuestra vida esta cargada de maldad, si nuestro pecado persiste, si nuestra mente es corrupta y somos rebeldes a Dios, piensa en esto y ahora lee este trozo del capitulo 1 de Isaías

11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.
12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?
13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.
14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.
15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.


Una vida espiritual de pura apariencia pero con un corazón lejos de Dios. ¿Como puede el hombre salir de este estado? bueno los versos siguientes muestran la misericordia de Dios

16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;
17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Estar a cuentas con Dios, no importa lo que estés haciendo, no importa lo que hayas hecho, si eres humilde y te arrepientes, Dios promete lavarnos y limpiarnos de toda maldad.

¿Estas a cuentas con Dios?

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