Testigos de los milagos de Dios.....

Cuantos milagros de Dios leemos en la Biblia que nos asombran, aquel ciego que ahora ve, el muerto que ahora vive, la mujer que padecía de flujo esta sana en un segundo, el leproso que sale del agua con la piel sanita, etc., etc.
Te cuento que tenemos que añadir uno nuevo a su lista celestial y es la sanación milagrosa de nuestro hijo Juandi. Como te conté en una entrada anterior (puedes leer la entrada de este blog el día 07 de enero) nuestro hijo de 3 años sufrió un accidente el 3 de enero quemándose toda su cara y varias partes de su cuerpo, fue allí donde comenzamos a inundar el cielo con nuestras oraciones, efectivamente así fue porque Dios fue sanando cada milímetro de la piel de nuestro hijo, fue una prueba muy dolorosa para juandi y para toda la familia, pero creo que nunca nos habíamos acercado tanto a Dios como ahora. Dios nos enseñó a entregar a nuestro hijo a sus completas manos, ésto nos hacia recordar a nuestro Padre celestial entregando a su unigénito, entregando a Jesús a la muerte de cruz para salvar al hombre de la condenación por su pecado, EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO, muere por el hombre y resucita al tercer día para ofrecer salvación a quien en ÉL cree.

Fueron muchas, muchas enseñanzas las que Dios nos daba, muchas oraciones con lágrimas para que Dios sanará a Juandi y no tuviera que pasar a cirugía para que le pusieran injertos de piel en su hombro y espalda que no querían sanar, los médicos esperaron el tiempo estimado y el día martes 18 de enero pasadas las 6:00p.m recibí la noticia del especialista de turno: una buena era que su espalda ya había cerrado y una “mala” (así decimos los hombres ante lo que Dios decide) es que nuestro hijo pasaba a cirugía al otro día (el miércoles 19 de enero) a las 7:00 a.m. y que los padres debíamos acompañarlo hasta la sala de cirugía. Ya en la tarde nos habían contado la noticia y nos dolió en el alma, pero como lo habíamos contado a la iglesia si así lo quería Dios, así lo recibiríamos. Esa noche mientras salíamos del hospital algo nos pasaba, sabíamos que ahora la recuperación era mas larga, seguíamos adorando a Dios y entendiendo que ÉL es perfecto y justo, pero seguíamos con un hilito de Fe del que pendíamos y que nos daba la fuerza para que en la mañana en nuestra ignorancia pidiéramos que no lo durmieran sin antes verle la herida, pues sabíamos que Dios lo podía operar esa noche con sus manos preciosas que sanan en un segundo. Llegó la noche, fue diferente a las otras noches, tal vez luego te contaré porque fue así, sin embargo Dios nos estaba acompañando, su palabra nos daba confianza y el privilegio de tenerlo a una oración de distancia nos daba seguridad.

A la mañana del miércoles 19 de enero estábamos recogiendo a juandi del pabellón de quemados, bien tempranito para llevarlo a la sala de cirugía, estando allí, la cirujana plástica de turno descubre su pecho y nos cuenta que este niño tiene sana el área de supuesta cirugía, que por ella da la orden de inmediata salida, tan solo una carcha transparente con un milímetro de relieve fue la marca que Dios nos dejó para que viéramos cual era la dimensión de la herida que ÉL operó a la noche o a la madrugada, no lo sabemos, nunca olvidaremos la alegría que sentimos, nuestros corazones temerosos saltaban de dicha, ahora las lagrimas eran de alegría, fue un milagro, como el del leproso, como el de Lázaro, como el del ciego, lo vivimos en carne propia, es difícil de creer, es una de las maravillas que Dios sigue haciendo. Al momento de recibir la noticia oramos en la sala de espera de cirugía, alabamos a Dios y no nos cansábamos de agradecer lo que hizo por nosotros. Estábamos regresando a nuestro hijo al pabellón de quemados, las enfermeras estaban alegres, el director del pabellón le dio salida para el jueves debido a los medicamentos que estaba tomando y bueno… un día mas era demasiado poco comparado con la alegría de poderlo tener pronto en casa.
Ayer jueves al medio día estábamos con juandi de rodillas orando por todos sus compañeros (5) de la gran habitación donde estaba, luego nos fuimos a despedirnos de todos en el pabellón y a las 2:00 p.m estábamos entrando a la casita con nuestro hijo, los primitos le tenían bombas y una torta y juandi emocionado los mira unos segundos y luego abraza a su mamá por largo tiempo, fue emocionante!! Inolvidable!! Después de 17 días nuestro juandi ha regresado, nuestras vidas han cambiado y de seguro mas buenas cosas han pasado.

Quiero terminar diciéndoles que Dios es real, que nuestras vidas son para Él, que Dios está pendiente de nosotros, quiero darles las gracias por inundar el cielo con sus oraciones, Dios los bendiga, por favor sigan orando para que la recuperación en casa se siga dando y para que se cumpla el propósito de todo esto en nuestras vidas.

Los amamos con todo nuestro corazón

Diego y Ana María Rojas Rey

Juan 11:4 oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el hijo de Dios sea glorificado por ella.