UN PLACER DAÑINO

“El que anda en chismes descubre el secreto;
No te entremetas, pues, con el suelto de lengua.”

Proverbios 20:19

¿Alguna vez han inventado chismes sobre ti?, ¿los has ingeniado sobre alguien? Cuando se trata de uno, es incómodo y aburridor sentir que entre la gente, en la mayoría de casos, tus amigos o hermanos, anda rodando la bola sobre algo que tú supuestamente dijiste, hiciste, omitiste, lo que sea, pero tiene generalmente una connotación negativa y afecta tu buen nombre y tus relaciones.

Cuando se trata de otros es “sabroso” inventarlos. Según la Biblia “las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas. (Proverbios 18:8)”. Sé que muy seguramente has vivido una escena así en la que tu mismo o tu interlocutor, se adentran en un chisme con el gusto con el que un par de golosos devoran un postre o los catadores de café huelen un buen tinto.

Con esa “inofensiva” actitud se nos van la mano y la lengua, pecando de una manera “suculenta”.

¿Feo verdad?

Dios, para contrarrestar este mal nos dio pautas sanas y sabias que muestran carácter: Cuando tengas algo malo que decir de alguien, con razón o sin ella, búscalo a él o a ella, háblalo a solas y ganarás a ese amigo. No hables mal del ausente ni provoques o conduzcas conversaciones que sabes que llevarán a que otros se formen prejuicios sobre alguien.

Corta el chisme, no te entremetas con el suelto de lengua, ese que seguro le dirá a otros de ti, lo que a ti te dice de otros. Dale el beneficio de la duda a tus hermanos, amigos y familiares y aprendamos a hacer las cosas como Dios manda. Así ayudarás a los que están procediendo mal con sus vidas sin denigrarlos y mostrarás al mundo tu amor cristiano, cuidando como un tesoro el buen nombre de tus hermanos.

Hoy te invito a meditar en las cosas buenas que tienen tus hermanos.