miércoles, 30 de diciembre de 2009

GOZA TU TRABAJO!

El discurso del predicador, en el libro de Eclesiastés, es apasionante y profundo. Son las palabras de alguien que ha vivido de todo con abundancia y sin límites y encuentra, al final de su resumen de la vida, que lo mejor para el hombre es temer a Dios y guardar sus mandamientos. Eso es el todo del hombre.

En este libro Dios me señalaba algo sencillo y practico de nuestra vida diaria y es la bendición del trabajo. Dice Eclesiastés 2:24 “No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.” Luego insiste en el 3:13 “y también que es don de Dios que rodo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.” Ahora, que quede bien claro que Salomón, autor de este libro, aún no tenía la perspectiva de la vida eterna que tenemos hoy en día los cristianos, para quienes la vida debe ser más que comer y beber porque tenemos certeza plena de lo que será la eternidad.

Mira cómo cierra el capítulo 3 en el versículo 22 “Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?”

Este pasaje confirma que Salomón aún no tenía esa mirada en las cosas celestiales, porque aún Cristo no había venido a la tierra para redimirnos y abrir el Camino al Padre. Diferente al apóstol Pablo que en el Nuevo Testamento le respondería a Salomón que Cristo mismo lo llevó para ver lo que sería después de él (2 Corintios 12:1-4). O Juan que tuvo el privilegio de ser llevado en el Espíritu al futuro, al día del Señor, para escribir el fascinante apocalipsis.

O tú y yo mi hermano, que lees este blog: Nosotros tenemos la esperanza de la vida eterna y el desafío Divino de poner la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra. Sin embargo lo que deseo compartirte hoy es la bendición del trabajo que Dios te ha dado. Y que veas el punto de equilibrio: tener un lugar en donde estoy haciendo bien mi labor y consiguiendo los recursos para sostener mi vida, familia y ministerio, convencido de que ese trabajo es un regalo de Dios y por lo tanto aprovechándolo para ganar para Cristo a mis compañeros de empresa.

Eso hace que disfrute de mi vida de una forma sencilla en la tierra y que tenga un impacto, a través de mi campo laboral, en la eternidad.

Goza tu trabajo mi hermano, dale gracias a Dios por esa empresa, esfuérzate para ser el mejor de los empleados o jefe, según sea tu posición.

Mi abuelo fue toda su vida un fiel 8 a 12 y 2 a 6, rodeado de amigos a los que quería y respetaba; que en las noches y los fines de semana nos hacía sentir a sus cercanos que lo teníamos todo y así fue siempre. Cuando crecí me enteré que fue siendo un humilde contador empírico que cumplía un horario de oficina pública que nos dio tanta alegría y aún riquezas a los suyos. Y un hombre que nos dejó por herencia el legado de sólidas amistades.

Goza tu trabajo mi hermano!

Y feliz año!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias

=)

MAC dijo...

Hola a todos, antes no entendía la bendición del trabajo, doy gracias a Dios por todas las oportunidades que he tenido a lo largo de mi vida, cada una me ha dejado cosas muy positivas en todos los aspectos, y pido que a través mio en la posición actual que tengo, pueda llevar el evangelio a todos los integrantes de mi oficina.

Un abrazo.

MAC