miércoles, 4 de noviembre de 2009

El breve paso por la tierra y nuestro cargo de Embajadores de Cristo.

La entrada de hoy es muy especial, le he pedido el favor a nuestro hermano en la Fe Mario Camargo, llamado por algunos de nosotros como “el alma del blog” que se encargue por hoy de esta entrada, el gustosamente aceptó y aquí está lo que Dios le enseño:

Para comenzar esta columna quiero traerles la definición de "Embajador" contenida en los tratados de Derecho Internacional Público: Un Embajador es un alto funcionario diplomático acreditado ante un gobierno extranjero, o ante una organización internacional, para servir como representante oficial de su país.
Esa definición la aprendí en la universidad y nunca le había visto tanta aplicación como en estos momentos de grave crisis con nuestras "patrias hermanas" de Ecuador y Venezuela.
Fue así como hace unas semanas escudriñando las Escrituras leí el pasaje que a continuación transcribo contenido en Salmos 39:4 "Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy". Leyéndole detenidamente busqué algunas concordancias y me percaté con cierta tristeza que Dios nos muestra en repetidas ocasiones cuan frágil y fugaz es nuestra vida terrenal, pero releyendo y analizando a conciencia, encontré en la Biblia que lo que tenemos en este "mundo" es nada comparado con la eternidad y con nuestra morada celestial y así mismo es una invitación a no apegarnos a lo pasajero de esta "realidad".
Dediqué unos minutos a buscar lo contrario a lo temporal y pasajero y que grato fue reafirmar con la Palabra de Dios en la mano que por el contrario se nos muestra en muchos versículos que somos ciudadanos del Cielo, que somos Embajadores de Nuestra Patria Celestial y que nuestras potestades vienen de Dios, como se desprende de lo contenido en Filipenses 3:20
"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo", así como, Filipenses 5:20 "Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios"., y como nos muestra Segunda de Corintios 3:4-6 "Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica."

Haciendo un repaso de las evidencias de una verdadera salvación contenidas en las XIII lecciones recordé que como Embajadores de Cristo, como mínimo debemos:

1. Estar bajo la autoridad de Dios que está para declarar el mensaje que le ha sido encomendado (2 Corintios 5.20).
2. Ser ciudadano del Reino de los Cielos. (Antes éramos ciudadanos del reino de Satanás). Solamente Jesucristo pudo librarnos del pecado y la maldad y darte la nueva ciudadanía celestial (Colosenses 1.13-14).

3. Ser comisionado. Dios nos ha dado el ministerio de la reconciliación y la palabra de reconciliación (2 Corintios 5.18-19).
4. Representar el gobierno y el reino de Dios. (2 Corintios 4.5).
Jóvenes les invito a vivir de verdad ese hermoso encargo como Embajadores de Cristo y que por ninguna razón lleguemos a traicionar a nuestro Rey y hagamos de esta tierra ajena y extranjera nuestro hogar.

Un abrazo a todos.

4 comentarios:

AJ dijo...

Guau. Que buen mensaje Mariito, de verdad impresionante la claridad y organización que el Señor te permitió con este mensaje, muy bacano y útil para todo creyente..

Anónimo dijo...

Super que buena columna mas entradas para Marito...que buen mensaje. gracias.

Anónimo dijo...

que buno Marito que ya Dios t usa por aqui, xq ya lo ha estado haciendo sigue haciendo que Dios este orulloso de ti :)

Anónimo dijo...

muy bonito marito!!! es precioso cuando Dios da claridad, profundidad y vida en los mensajes de sus siervos. ani rey de r.