martes, 13 de octubre de 2015

JESÚS NUESTRA FORTALEZA

La entrada de hoy es motivada por un varón de Dios, Daniel, y que aun siendo lo que fue, un siervo incondicional de Dios, entendido en las visiones que Dios le mostraba, que desde el primer día dispuso su corazón a entender y a humillarse en la presencia de su Dios, en un momento decayó su semblante, quedó sin fuerzas, sin aliento, sin habla ante la magnitud de las visiones que Dios le daba de los tiempos del fin. Pero llegó la ayuda y la respuesta a sus oraciones por uno con semejanza de hijo de hombre.

Daniel 10: 16-19 "Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza.
17. ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.
18. Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,
19. y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido."

De esta porción Dios nos muestra el papel tan importante que tiene Jesús en nuestras vidas pensando en la misión que tenemos tan grande, que la verdad sin Jesús es imposible obedecerla a cabalidad y solo con tocar nuestros labios nos permite hablar lo que debemos hablar y con solo tocarnos nos puede fortalecer y recobrar el aliento porque la misión nos es fácil y humanamente nos podemos cansar, sentir desfallecer, aun las mismas circunstancias difíciles que llegan a nuestra vida.

Por esto debemos estar cerca de Jesús, agarrados de su mano y no soltarnos bajo ningún motivo porque hay una misión que cumplir, que él mismo nos encomendó y que él mismo dijo que estaría con nosotros todos los días y es una promesa que nos debe alentar y recobrar las fuerzas si nos sentimos débiles. Hay una misión por cumplir y solo en Jesús podemos hacerlo, así de sencillo.


Un abrazo.


Jorge Luis

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